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POV Omniscience.

- ¿Un favor? - preguntó el pelinegro poniéndose de pie - ¿Qué es lo que quieres?

Diana dudó unos instantes sobre si debería pedir aquello o no. Sabía que era muy poco probable que accedieran a su petición, pero no quería ver a su amiga sufrir más.

- Dijisteis que nosotras no teníamos permitido salir de la base, ¿pero puede entrar gente de fuera? - cuestionó sutil la chica.

La pareja se miró entre ellos desconcertados.

- No debería haber problema en que alguien viniera - comentó Kay -. ¿A dónde quieres llegar con esto?

- Es que (...) está muy mal porque no va a poder volver a ver a Karma y quiero ayudarla de alguna manera así que quería pedirte si podría salir un momento rápido e ir a por él para que se vean al menos un rato - murmuró en voz baja con un poco de vergüenza.

Los dos chicos aflojaron su expresión y la miraron con ternura.

- Aww... Es tan tierno ver a Diana preocuparse por su querida amiga - se burló Kay.

- Di eso otra vez y te atravieso la cara con un cuchillo - le amenazó más avergonzada aún la solicitante.

El chico de cabellos morados se escondió tras Yuu asustado. El mayor suspiró al ver lo estúpida que era la escena que estaba presenciando.

- Entiendo cómo te sientes pero ya te lo hemos dicho, tanto tú como el resto de la clase vais a estar vigilados - recordó el pelinegro -. Sortear a los guardias sería muy complicado y arriesgado. No sabemos qué os harán si os pillan fuera de la base o detectan algún movimiento extraño por parte de los estudiantes. Pienso que deberíamos evadir cualquier tipo de problema y apañarnos con lo que tenemos. Sintiéndolo mucho debo negarme.

Diana se sentía agobiada e impotente. Supo que no iba a conseguirlo desde el principio, pero no estaba dispuesta a rendirse. La misma se arrodilló en el suelo sorprendiendo muchísimo a los dos chicos presentes y dejando su orgullo de lado, apoyó su frente en el suelo delante del mayor de todos.

- Si no lo hacemos probablemente (...) siga sintiéndose mal y cada vez que eso pasa tiene la mala costumbre de hacerse daño entrenando al límite y si permitimos que eso pase, para cuando llegue el día de la verdad será incapaz de moverse, lo sé porque la he visto así en muchas ocasiones y vamos a necesitar su ayuda sí o sí para esta misión así que, por favor - rogó la chica desesperada - por favor, encontrad una manera de traerle aunque sea sólo por cinco minutos pero por favor, ayudadla.

Yuu y Kay seguían atónitos, pero también se sentían un poco mal por las chicas. Sabían que ambas lo estaban pasando mal, siendo sometidas a mucha presión. El mayor suspiró rindiendose.

- Está bien. Veré qué puedo hacer - accedió, Kay le miró con sorpresa -. Pero no puedo asegurarte que vaya a traerlo. Va a ser muy complicado, pero daré lo mejor de mí.

- Gracias... - balbuceó derrotada la chica.

Diana se levantó despacio y se retiró.

- Yuu... ¿Estás seguro de esto? Si nos descubren tal vez se las lleven - expresó preocupado el pequeño.

- Tranquilo, me aseguraré de que no nos pillen - respondió determinado -. Después de todo, se lo debemos, a las dos.

El de cabellos morados sonrío levemente y después se tiró encima del chico haciéndole caer al suelo.

- Mi Yuu-chan va a hacer algo bueno por otra persona, ¡que bonito! - se burló divertido abrazando al nombrado.

- Agh, déjame en paz - se quejó molesto y bastante avergonzado el otro intentando quitarse a aquel chico de encima.

Una asesina no puede amar a alguien [ Karma Akabane y Tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora