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Jade

Durante el desayuno mi padre se dedicó a avergonzarme de todas las maneras posibles, le contó a Jungkook algunas anécdotas de mi infancia y algunas de mis historias más embarazosas, y mientras todo eso pasa yo me dedicaba a devorar mi desayuno con las mejillas cada vez más sonrosadas.

Maldita sea la hora en la que mi padre le invitó a desayunar con nosotros. Si hubiera sabido que la cosa iba a terminar de esta manera habría hecho todo lo que estuviera en mi mano para asegurarme de que no nos acompañara.

"Sabes de sobra que da igual, al final habría conseguido convencerlo para que se quedara" interviene mi loba.

... bueno, por lo menos lo habría intentado me lamento.

"Habría sido un gasto tonto de energía y esfuerzo" me asegura ella.

- Todavía recuerdo cuando Jade tenía solo seis años y fuimos a comer a un restaurante por primera vez ... – suspiro rendida mientras escucho como le cuenta otras de las muchas meteduras de pata que tuve durante mi infancia.

- Papa, no pretendo cortarte mientras le cuenta otra de mis historias, – intervengo antes de que pueda contarle algo más sobre mi vergonzoso pasado – pero si no nos ponemos pronto en marcha ambos llegaremos tarde – le corto mientras dejo mis cosas en el fregadero.

- Oh, ¿qué hora es? – pregunta mientras comprueba la hora en un móvil – ¡oh dios mío! Jade date prisa o llegaras tarde – me dice mientras me aparta del fregadero.

- Pero tengo que lavar eso – protesto.

- No te preocupes, ya lo hago yo – me asegura con una sonrisa – tú ve a cambiarte, supongo que quieres ir con tiempo de sobra ¿no? – de repente aparece una sonrisa pícara en su cara – no queras que "tú alfa" llegue tarde ¿no?

- Está bien – noto como mis mejillas enrojen rápidamente, avergonzada me marcho rápido de la cocina y subo las escaleras hasta mi habitación.

Desde la planta de arriba se escuchaban la escandalosa risa de mi padre, lo que hace que por inercia yo también sonría.

¿Cuándo fue la última vez que lo escuché reír? Me pregunto internamente.

"Fue hace demasiado tiempo" me asegura mi loba.

Sonriendo entro en mi habitación, quiero ducharme y tranquilizarme un poco, lo necesito.

No quiero reconocerlo, pero la presencia de Jungkook está alterándome demasiado.

Saber que mi alfa está en la planta baja hace que mi corazón se acelerase y repiquetease entusiasmado.

Mientras me cambio intento organizar mis ideas y mantener mis pensamientos al margen de Jungkook. Pero parece que mi cerebro no quiere colaborar conmigo al final acabo pensando en el alfa que me espera en la planta baja, acompañado de mi padre.

Cuando por fin termino con mi tarea, cojo mi maleta y bajo con prisas las escaleras.

No han pasado ni cinco minutos desde que deje a Jungkook en compañía de mi padre, pero ni mi loba ni yo todavía no terminamos de creernos que nuestro compañero estuviera aquí.

Es por eso que cuando lo veo sentado en el salón de mi casa, colocando en un jarrón el ramo de flores que nos había traído, no pude evitar sonreír como una autentica tonta.

Es verdad, él está aquí, nuestro compañero está en nuestra casa.

- Hola – lo saludo tímida mientras entro al salón.

Nuestro encuentro [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora