Bienvenidos a mi vida

6.3K 305 90
                                    

|~Capítulo uno~|

—¿Dónde estas?, sé que estás en algún lado... ¡Te encontré!—grité al momento de subir mis sábanas para ver debajo de la cama, bufe al no encontrar mi otro calcetín allí—Sé que te escondes de mi...—seguí buscando.

Llevaba gran parte de mi mañana en ésta interminable búsqueda.

—¿SooMin sabes dond...?—escuché a mi hermano y me di la vuelta para verlo, traía un cepillo de dientes en la boca y tenía pasta dental en a comisura de sus labios—¿Se puede saber que rayos haces y con quién hablas?—preguntó logrando haciendo que su cepillo se moviera.

—Con mi otro par de calcetín.—alce mi pie derecho desnudo—¿Lo has visto?—éste me miró como si estuviera loca—¿Qué?

—¿Por qué no tengo una hermana normal señor?—dijo dramático mirando al techo y alzando las manos.

Ojalá se atragante con ese cepillo.

Rodé los ojos—¿Qué venias a buscar HyunMin?—pregunté fastidiada mientras me levantaba.

—¿Has visto a Rebecca?—lo miré incrédula y coloqué una mano en la cadera.

No señores... Rebecca no es un perro, un gato o nuestra hermana, es un gel de cabello. Así es... y yo soy la anormal aquí.

—¿Por qué no tengo un hermano normal señor?—dije de la misma manera que él y alce mis brazos.

—Pedazo de moco.

—Imbécil.

—Aborto fallido.

—Gonorrea.

—Buenos días.—pronunció mi padre dirigiéndose hasta donde estábamos nosotros, ambos nos sobre saltamos ante su repentina llegada—¿Como están?

Suspire en alivio cuándo papá no nos regaño por casi agarrarnos de los pelos, usualmente nos reclama por no llevarnos bien y estar todo el tiempo como perros y gatos, tal vez no escuchó nada. Sin embargo, es nuestra naturaleza, es nuestra forma de mostrarnos afecto y amor, a nuestro modo pero, amor al fin.

—De maravilla... ¿No es así hermanito querido?—fingí una sonrisa angelical mientras me acercaba al marco de la puerta.

Que desagradable.

—Mejor no se puede mi princesita.—mi hermano me jaló de un brazo y me abrazó.

¡Iugh, se me pegaran las pulgas!. Hice el esfuerzo más grande de mi vida para no poner una cara de asco, demasiado contacto físico.

—¿Okay...? Está bien, entonces iré a ver que hace su madre para desayunar...—señaló detrás de él mientras nos miraba sospechoso, es demasiado cariño, hasta para él.

Ambos miramos atentos como se alejaba, cuándo ya se había ido empuje a mi hermano lejos de mi y le saqué la lengua.

—Largo.—le cerré la puerta en la cara y seguí en la búsqueda de mi calcetín.

El cual nunca conseguí por lo que decidí ponerme uno parecido... meh, me da igual. Y sólo seguí para terminar de vestirme, se hacia tarde.

Me coloqué una falda negra y una camisa blanca que por encima llevaba otra de tirantes negra, me puse mis converse negras y listo, sí lo sé, no es muy colorido mi look.

De último me eché el primer perfume que vi y me hice una coleta baja con mi flequillo escapando de ésta.

Finalmente lista.

Bueno me presento, soy...

—¿¡Quieres apurarte!?—gritó mi hermano desde la planta baja y yo gruñi.

ʜᴀʀᴅ ʟᴏᴠᴇ - ᴋɪᴍ ᴛᴀᴇʜʏᴜɴɢ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora