- "Siempre serás mi mejor amigo"
Fueron exactamente las palabras que le dije mucho antes de saber lo que pasarían con mis sentimientos.
||Si algo carece de coherencia, es porque la historia está en corrección||
• Pareja Principal = Jimin y SunHee.
M...
Mi padre me llevó hasta la casa de Jimin dejándome en frente.
- ¡Qué la pases bien cariño! - gritó desde el auto a lo que yo moví mis manos en señal de despedida. Me giré y quedé frente a la casa de mi mejor amigo. Lugar donde habiamos compartido risas, aventuras, pijamadas, y tantos recuerdos que me llenaban de nostalgia.
La casa era de dos pisos, totalmente blanca por fuera como también por dentro. Jimin siempre se preocupaba por la limpieza de esta.
Sus padres, que eran como unos segundos padres para mi, se habian mudado a Busan por que al señor Park lo transfirieron a esa ciudad, y Jimin, quien ni loco dejaría su vida aquí, decidió quedarse prometiéndole a su madre que sí podría con sus horarios de estudio y trabajo sin dejar de alimentarse bien y durmiéndo las 8 horas de sueño necesarias.
Toqué la puerta de la ya conocida casa y segundos después fuí atendida por ¿DaHyung? Con sus labios ligeramente rojos e hinchados seguido por un Jimin con una sonriosa algo nerviosa y con los labios iguales.
¿QUÉ RAYOS ESTABUBIERÓN HACIENDO?
¿QUÉ HACÍA DAHYUNG AQUÍ?
Se supone que esta era un compensación por lo de esta mañana.
Park Jimin es historia.
Me voy a quedar sin mejor amigo.
Quiero llorar.
Y no, no soy dramática.
- ¡SunHee! ¡llegaste! - exageró Jimin - pasa... - se hizo a un lado dejandome pasar - pasame eso - agarró mi mochila en la que llevaba mi cambio de ropa y mi pijama poniéndola sobre una silla en el comedor.
- ¿Tienes hambre? En la cocina hay pastelitos - dijo amablemente DaHyung. Hipócrita.
- SunHee, come algo mientras preparo donde duermes.
Pero si yo siempre dormía en su cama, al parecer hoy allí duerme DaHyung.
Rodé los ojos y caminé hasta allí seguida muy de cerca por la tierna chica. Al entrar en el lugar encontré una bandeja llena de cupcakes de chocolate y dos de ellos ya estaban comidos.
Agarré uno.
- ¿Esto no tendrá veneno? Digo.. me lo invitaste tú. - dije
- Pos supuesto que no - empezó a reir hasta que se escuchó a Jimin bajando las escaleras.
Entonces, como si tubiera bipolaridad, empezó a sollozar.