Mierda, no había podido pegar ojo en toda la noche. ¿Por qué me sentía así ?; Me arrepentí de haberle retirado la cara cuando me fue a dar el beso, pero estaba molesta. Sentía que me había fallado al decirme que intentará llevarme bien con ella. Él no sabía nada. Pero solo imaginarme a esa asquerosa, en mi casa y que encima me pidiese que intentará hacer las paces, era como tener al enemigo en casa.
Además, me llenaba de rabia imaginarles juntos. No podía verles juntos.
Reconozco que me pasé tres pueblos al decirle que tomara precauciones. Pero ya era tarde, él había pasado la noche con ella y no tenía intención alguna de pedirle disculpas.
Me levanté, desayuné y me fui con mi madre y mi hermana a comprar ropa. Hoy sería día de chicas. Más tarde me reuniría con Estefanía y su madre. Necesitaba respirar aire nuevo.
Me compre mucha ropa, muchos vestidos, bolsos, pantalones cortos, camisetas, incluso abrigos. Irse de rebajas era la mejor forma que conocía de olvidarse momentáneamente de los problemas. Pero huir de los problemas no hace que estos se resuelvan; Cuando llegue a casa, seguían allí. Los problemas, no Raúl. Había salido. Con ella.
A partir de aquel día. La relación entre Raúl y yo se volvió casi nula. Raúl salía muy a menudo con Isabella, pero por mucho que me molestara no podía recriminarle nada.
El verano terminó por agotarse y yo empecé 2º de bachillerato. Eso ocupó gran parte de mi tiempo y me ayudó a centrar mis pensamientos en otras cosas. Los exámenes me mantuvieron encerrada en mi habitación días. Sobreviví, y cuando llegaron las vacaciones de navidad, podía relajarme todo lo que quisiera, porque había aprobado todas.
En nochebuena no salí, no me apetecía y a Estefanía tampoco. Así que quedé con ella en mi casa e hicimos maratón de cine.
La nochevieja fue distinta, siempre salgo. Siempre me propongo empezar el año de la mejor forma posible. Bailando es una buena forma de empezar el año. Dispuesta a todo, dispuesta a llamar la atención de todo el mundo, me rice el pelo y me maquille con una sombra negra, haciendo un ahumado que hacia resaltar mis ojos verdes.
Me decanté por un vestido palabra de honor, con la parte arriba con encaje y la parte de abajo brillante, color champán. Taconazos negros. Y un minúsculo bolso donde metería lo imprescindible. Móvil, documentación y llaves.
Salimos todos juntos. Sí, cuando me refiero a todos, es todos. El plan era salir Estefanía , un par de amigas más, y Félix; Félix ajeno a todo invitó a Raúl y a Isabella.
No se aun como me deje convencer. Me estaba metiendo yo solita en la boca del lobo. Pero de perdidos al rio. No sería yo quien diese un paso atrás.
Y allí me encontraba, en una discoteca, en pleno centro de Madrid, a rebosar de gente. Era prácticamente imposible acercarse a la barra, pero de eso se encargaron los chicos. Me pareció una buena idea, hasta que en la tercera ronda de copas que fueron a buscar Félix y Rául, se acercó Isabella a mí.
-Vaya. Aunque el vestido será una baratija, vas mona. – Me suelta como si me importara su opinión.
-¿Qué es lo que quieres Isabella?. – Le pregunto asqueada.
- ¿Se supone que tengo que querer algo? Es un alago, bonita. – Me contesta de la misma forma.
-Isabella, nos conocemos. Sea lo que sea que quiera decirme. Vomítalo y déjame en paz.
-Está bien. – Suspira mientras busca a Raúl con la mirada. - ¿Raúl y tú habéis tenido algo?
- ¿Me lo estas preguntando en serio? – Le pregunto sorprendida. - Es el hijo de la pareja de mi madre. – Contesto poniéndome a la defensiva.
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Sentimientos encontrados
Teen FictionTODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA SU COPIA, CAMBIO DE NOMBRES O CUALQUIER PLAGIO Primer libro de la historia sobre Lara y Raúl. Sentimientos Encontrados. Esta es la historia de Lara, una chica cuyo padre la abandonó cuando solo tenía 8 años...