Me encontraba en la piscina comunitaria de mi urbanización mi mejor amiga y además vecina, Estefanía. Estábamos haciendo trajes. Es decir, poniendo verde a Isabella; Durante algún tiempo fuimos amiga de ella, hasta que su padre ascendió de director general de una conocida farmacéutica. Ella siempre había tenido don para mandar y siempre se había creído ser única en el mundo. Con el ascenso de su padre, pasó de ser pobre con aires de grandeza a ser de una imbécil, con aires de grandeza, pero con dinero. Pasó de vestir ropa de normal y corriente, a vestir ropa de marca.
Tras distanciarse ella misma, por decisión propia. Textualmente nos explicó el motivo.
- Chicas, lo siento. He pasado muy buenos momentos con vosotras... Pero tenéis que entenderme, ahora pertenezco a otra clase social y no puedo dejar que me vean con gente normal e impopular como vosotras.
Mi cara fue un poema, pero después de la carcajada que solté por la estupidez que acababa de soltar, su cara no tuvo precio.
-Que ridícula es. - Comenta Estefanía.
-Déjala. – Me río. - El vecino del quinto está a punto de tirarla al agua y su tinte recién arreglado se volverá verde. El karma, amiga, el karma.
Mientras seguíamos hablando de lo que toda adolescente habla, es decir, de chicos. Recibo una llamada de mí madre que me pide que suba a casa a comer. Durante la llamada me dice que tiene algo que contarme. Algo importante. Me despedí de mi amiga y quedé en llamarla más tarde para contarla que era eso tan importante que tenía que decirme mi madre.
Mientras subía andando hacia mi piso, un quinto, gracias a que el ascensor se encontraba averiado, iba pensando que sería eso tan importante que mi madre quería hablar conmigo. Mordiéndome el labio mientras abría la puerta, deje la toalla de cualquier manera en la terraza de la cocina.
-Que poco arte tienes hija. - Se queja mi madre. - Cuelga bien la toalla
Ruedo los ojos mientras me siento en la mesa. Mi madre se ha adelantado y ha puesto la mesa. Solo tengo que empezar a comer. Frunzo el ceño, esto no es lo habitual. Lo habitual es que yo ponga la mesa y la recoja mi hermana o viceversa.
-Mama, estoy empezando a preocuparme. – Le digo mientras la miro, esta nerviosa.
-Veras hija. no sé por dónde empezar.
- ¿Qué tal si lo haces por el principio? - Me mofo divertida.
-Muy graciosa. - Gruñe. - Esta bien. Como sabes, estoy saliendo con alguien. Y nos va bastante bien.
- Vamos mama, ¡Al grano! – la interrumpo
- Esta bien. Llevo ya un año saliendo con Daniel y hemos decidido dar un paso adelante en nuestra relación y me gustaría que tu hermana y tú le conocierais.
- ¡Ya era hora mujer! Pensaba que no le iba a conocer hasta que os pillase metiéndoos mano en la escalera. - Contesto divertida, provocando que mi madre se destense y se ría. - Está bien, por mí ya sabes que no hay ningún problema, un día de estos nos lo presentas y listo.
-Sí, veras... El paso adelante que queremos dar no es presentaros, si no que se vengan a vivir con nosotras. - Dijo mi madre con una sonrisa de oreja a oreja.
Me atraganto nada más terminar de escucharla; La cara de alarma de mi madre es lo que hace me dé cuenta de que realmente la preocupa que eso suponga un problema.
- Woh...- Conseguí soltar mientras recuperaba el aire- Me parece genial mama.- Le digo mientras mi cerebro sigue asimilando. Mi subconsciente estudia la frase: Si no que se vengan a vivir...- Espera un momento mama... ¿Dijiste que se vienen a vivir aquí? ¿Quién? ¿Una mascota o algo así? - ¿En serio he dicho mascota? Está claro que Daniel viene con paquete sorpresa. Mi cerebro ahora mismo es un un nudo de pensamientos que no me permitía pensar con claridad.
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Sentimientos encontrados
Novela JuvenilTODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. PROHIBIDA SU COPIA, CAMBIO DE NOMBRES O CUALQUIER PLAGIO Primer libro de la historia sobre Lara y Raúl. Sentimientos Encontrados. Esta es la historia de Lara, una chica cuyo padre la abandonó cuando solo tenía 8 años...