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"Y creo que te quiero de verdad: porque no te necesito y aún así no quiero que te vayas"

***

  — ¿Esta borracho?—  habla Lucí — Si no abrimos tirará la puerta.

Los golpes se intensifican, no sé que hacer, tengo la mirada en la puerta esperando a que se derrumbe por los fuertes golpes que Jefferson esta dando, se escuchan sus gritos "¡Leni, sal por favor!" "¡Sé que estas aqui!" "¡No me ire hasta que salgas!" lo ultimo que dice me parte el corazón.

  — Lo lamento tanto cielo— su voz es más suave — me odio por haberte lastimado, no solo por como reaccione cuando tuviste la  confianza de hablarme de Seth— me levanto del sillón y me dirijo hasta la puerta, recargo mi cabeza en ella y sigo escuchando — si no por haberte lastimando físicamente— los chicos también escuchan atentamente — no era mi intención, lo sabes, por favor, sal— veo a mis amigos Lucí, tiene cara de enamorada, Emilio de sorpresa y Marco extrañamente tiene una pequeña sonrisa—

  — ¿Que hago?— susurro.

— Por favor, estoy dispuesto a dejar que tus amigos me peguen, pero por favor, perdóname— 

  — Nadie te va a golpear— escucho la voz de Alex.

Abro la puerta rápidamente por instinto, veo a Alex con dos cajas de pizza en la mano, creo que se decidió a venir, segundos después mis ojos van hacia Jeff, tiene los ojos llorosos y huele a cigarro y alcohol barato, en cuanto me ve, se acerca a mi y me abraza.

  — No me dejes— siento todo su peso en mi, esta tan borracho que no se puede sostener por si mismo.

— Jeff, estas muy borracho— se separa un poco pero no quita sus manos de mi cintura.

— ¿Yo te hice eso?—  como dijo el dr, por mi color de piel era muy probable que me saliera un moretón, y así es, mi nariz tiene un color morado y verde — Oh dios, soy la peor persona del mundo, no te merezco—

  — Shh, Jeff, estoy bien— trato de calmarlo.

— No, tienes una bola en la nariz por mi culpa, aun así te vez hermosa—  sonríe de lado, como típico borracho— 

  — Chicos, ¿pueden ayudarme? esta muy pesado—les digo aun tratando de sostenerlo.

Alex y Emilio lo toman de los brazos y entran a la casa, lo sientan en el sillón, cierro la puerta y entro atrás de ellos, me siento alado de Jeff y los demás lo ven un poco incómodos, los entiendo es Jeff, el Jeff que ellos conocen.

  — Voy a llamar a Nick para que venga por ti— niega rápidamente con su cabeza.

 —No, vamos a mi casa, tengo algo para ti, para que me perdones— sus ojos se ven mas chiquitos y rojos, me da ternura verlo así.

  — No, no puedes irte, esta borracho— dice Emilio y asiento.

— Estoy borracho, no idiota— rió ante su respuesta y ellos también ríen — pero tienen razón, no arriesgare a mi Leni más—

  — Entonces llamare a Nick— vuelvo a decir y asiente no muy convencido.

Saco mi celular y lo llamo, contesta casi enseguida.

NO ES UN MONSTRUODonde viven las historias. Descúbrelo ahora