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"Así de loca está, con un pie en el fuego y el otro en un cuento de hadas."

***

Mallory

1 semana después

He manejado por mas de 4 horas solo para visitar a Leni, como se lo prometí, solo he visitado el pueblo unas tres veces cuando era niña, así que no recuerdo con detalles.

Me sorprende lo sola que esta la carretera, hasta parece que voy a un pueblo fantasma, me dan escalofríos solo de pensarlo, prendo el radio pero la señal esta del asco, me maldigo por no traer discos y por olvidar el cargador de mi celular el cual esta más muerto que el amor que tenia por mi ex.

Me concentro en el camino pero acelero más, me urge salir de aquí.

A lo lejos veo un carro negro, siento un poco de alivio al ya no ser la única en la carretera, pero freno de golpe cuando el carro se atraviesa en mi camino, se detiene justo en frente de mi y mi cuerpo se paraliza, mi mente comienza a crear un plan para poder salir de aquí, un señor alto, canoso y de traje sale de la parte trasera del auto, detrás de él bajan otros dos, mucho más altos y fuertes.

Mis manos tiemblan y mi respiración comienza a acelerarse, los tres hombres caminan hacia mi carro, los más altos se posicionan en frente y en la ventana del copiloto y el señor en mi ventana.

Doy un brinco cuando toca con sus nudillos la ventana, volteo a verlo y me hace una señal para que baje la ventana, respiro hondo y lo hago.

  — Mallory, ¿verdad?— que carajos ¿como sabe mi nombre?   — será mejor que escuches lo que tengo que decirte por que no lo repetiré dos veces...—


 ***

Estoy limpiando de nuevo la casa, no quiero que Mall la vea sucia y desordenada, debe de estar por llegar en unos cuantos minutos.

En cuanto termino de ordenar la casa, me arreglo un poco para poder darle un recorrido por el pueblo, me pongo un vestido azul con flores blancas y lilas y me maquillo un poco, el timbre suena y bajo lo más rápido posible, debe ser ella.

  — ¡Voy!— grito cuando el timbre vuelve a sonar.

Salgo corriendo pero me detengo en seco cuando veo a Jeff recargado en la reja.

— ¿No me esperabas a mi, cierto?— 

No he hablado con Jeff desde que su padre estuvo aquí, todos estos días me he sentido una cobarde por no confiar lo suficiente en él y contarle sobre lo que pasó. Y por otro lado también me siento enojada porque no me marco ni me envió mensajes, ya sé, estoy loca.

  — No—  

— ¿Puedo pasar?—  asiento, abro la puerta y me hago un lado para dejarlo pasar.

Se detiene justo en frente de mi, me toma de la barbilla haciendo que levante mi cabeza, me da un beso y entra.

Se sienta en el sillón y me hace señas para que también lo haga, me siento a su lado.

NO ES UN MONSTRUODonde viven las historias. Descúbrelo ahora