(Psst, el capítulo 3 está en el borrador por ser accesorio a la trama. Lo único que necesitan saber es que Emilia fue con sus tíos a ver el primer partido de fútbol de Chester junto a los Lucón; y que se sacaron una hermosa foto juntos, o sea, ella y los hermanos. Fin del comunicado)
Capítulo 4"La danza del fuego"
En los días que sucedieron a la salida ninguna tocó el tema de Chester. Emilia se sentía decepcionada cada vez que salía de su casa y no lo veía. Percibía algo raro. Pensaba que su ausencia podía deberse a los entrenamientos de fútbol, ya que sus tíos le comentaron que había sido contratado. Eso era todo lo que pudo saber y no se animaba a preguntar más directamente.
En el colegio, Abi trataba de sacarle información sobre si le gustaba Jorge y de vez en cuando rememoraba la escena añadiendo detalles que nunca pasaron. Era una magnificadora de hechos y cada vez la representación se parecía más a sacada de una película de romance.
La Sra. Lucón cruzaba seguido a su casa y parecía congeniar con Marina; y Emilia ya se estaba acostumbrando a la idea de abrir la puerta y encontrarlas a ambas riendo a carcajadas.
A veces se juntaban a cocinar galletas o postres y cada una se quedaba con su ración. Otras, tejían mientras veían alguna película y conversaban. Al sr. Lucón no lo volvió a ver desde la cena. Parecía tener, sospecha confirmada por los comentarios de Diana, unos horarios de trabajo bastante absorbentes.
El cambio más radical fue el de Julién que en la escuela la ignoraba. Era todo un pillo que ya tenía un grupo amplio de amigos y todos lo seguían. Emilia pensó que debería aprender de él, "¿compartiría su sabiduría?". Le avergonzaba el hecho de pensar que ese pequeño sátiro fuera más astuto que cualquiera.
A pesar de mostrarse tranquila, Emilia estaba profundamente agitada. Cada vez que veía a Abi mandar sms con una sonrisa, se preguntaba quién sería el destinatario. Para su suerte, los profesores se dedicaron a llenarlos de tarea para poder definir las notas de fin de año. Se respiraba un aire de paz en el colegio, todos estaban relajados y felices al saber que dentro de poco terminarían con una gran etapa de su vida y comenzaría otra mejor, según sus mentes.
Emilia veía las fotos de la cena a diario. Y espiaba por la ventana pero no lograba ver nada. Le había preguntado a Diana cuando sería el próximo partido, pero se desanimó al descubrir que era bastante lejos y no irían a verlo. Sería en dos semanas, y las prácticas le consumían todo el día a Chester, quien sólo volvía a su casa a dormir.
Casi todas las noches lograba escuchar, a través de la ventana abierta, el ruido del auto que dejaba a Chester y se iba con prisa. Llegaba entre las veintiuna y veintidós horas, porque estaban haciendo horario de verano. En invierno cambiarían los turnos, eso comentó Diana.
A pesar de la aparente tranquilidad, sus tíos habían comenzado a aconsejarle sobre sus posibilidades post-colegio. Marina insistía en que haga un test vocacional, en cambio Octavio le decía que elija sola, pero que no se demore para hacer las inscripciones correspondientes a tiempo.
Ella no sabía qué hacer. Quería tomar la decisión más adelante pero la apuraban tanto que pensó en la falta que le hacían las charlas con Jorge.
Al salir del colegio, agarró su celular y le mandó un mensaje esperando que, a pesar de ser martes, él pueda reunirse con ella y ayudarla un poco. Sentía que se estaba ahogando en un vaso con agua, y su amigo siempre la salvaba de esas cosas.
Pasaban las horas y no había rastro de él. Al llegar la noche Marina la miraba de reojo.
— ¿Por qué no sueltas el celular?
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Hielo contra fuego
FantasySiempre nos dijeron que los opuestos se atraen. Que el agua y el aceite son la pareja perfecta, como el hielo con el fuego. También escuchamos que del amor al odio, y viceversa, hay un solo paso. La cuestión es que no todos quieren dar ese salto de...