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Luna.

Ámbar no tardo mucho en quedarse dormida, se veía tan tranquila que al acostarme con ella no quería despertarla.

Me acomode en aquella cama, quedando cara a cara con ella, viendo como un rebelde mechón de su hermosa cabellera rubia tapaba su rostro, con uno de mis dedos logré recorrerlo, ella sintió mi tacto y sujeto mi mano con fuerza, haciendo que mariposas aparecieran en mi estómago.

No retire mi mano de su agarre, en realidad no hice nada, solo caí dormida a su lado.

El sol entro desde mi ventana dando directo en mi cara, pero eso no fue lo que me hizo despertara, la ausencia de cierta chica rubia lo hizo.

L: ¿Ámbar?. Dije un poco medio dormida.

Á: Buenos días. se sentó a un lateral de la cama, y haciendo un movimiento de acomodar su zapatilla.

L: ¿No quieres algo mas cómodo?. Dije mientras tallaba mis ojos para intentar despertar.

Á: No creo que tengas algo que me quede, soy una talla mas que tu. Era algo obvio, es un año mayor que yo y aparte de que tiene mas estatura que yo.

L: Tal vez algo en mis armarios pueda quedarte. Dije señalando donde se encontraban.

Ella se delimito a decir otra cosa y con una mirada cuestiono lo que decía, haciendo que yo contestara con una sonrisa en señal de afirmación, y sin tardar mucho, se coloco sus zapatillas y comenzó a abrir las puertas de cada uno, agarrando opciones de lo que mas le gustaba y así comenzó a probarlo en su cuerpo.

No tardo mucho en escoger algo y con su ayuda yo también logre escoger un outfit.

Bajamos, no era muy tarde, eran las 10: 35 de la mañana y apenas comenzaba mi madre a preparar el desayuno.

Sra. Balsano: Buenos días chicas, Luna puedes llamar a Simón y a tu hermano, para que bajen, Ámbar, por favor toma asiento, ahora que bajen los chicos comenzamos el desayuno.

Á: Gracias. La chica no dijo nada mas y tomo asiento.

L: Ahora bajo. Mire a mi madre y después mire a Ámbar, se notaba su incomodidad de quedarse sola. No tardo. Eso ultimo se lo dije a Ámbar y ella solo me dio una pequeña sonrisa de gratitud.

Subí las escaleras lo mas rápido posible, quería estar con ella, me acercaba cada vez mas a la habitación de Matteo, pero la voz de Simón llamo mi atención.

Llegue y coloque mi oído en la puerta.

S: Me gustas. ¿¡Que!?, esto es un sueño, si eso debe ser, no lo podía creer, quede paralizada enfrente de la puerta, paso un tiempo, se escuchaban besos del otro lado de la puerta, No sentía dolor, como lo espera, en verdad me encontraba confundida, ¿Simón? o ¿Ámbar?, ¿Quien se supone que esta en mi corazón?.



¿Por que tú? | Sitteo, Lumbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora