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Simón.

Hoy iría a casa de los Balsano, ya que quería ver a Matteo y contarle de mi idea para nuestro primer mes siendo novios.

Había llegado y la madre de Matteo por poco nos ve dándonos un beso, cuestionó lo que yo hacía aquí, lo sabia, sabía que desde que terminé con Luna ella a empezado a sospechar que entre Matteo y yo no hay algo más que una simple amistad.

Cuándo pudimos engañar a su madre y que dejara quedarme, subimos inmediatamente y no pude contenerme, lo acorrale frente a la habitación de Luna.

M: ¿Que haces?. Dijo mientras me acercaba lentamente a su rostro.

S: Te beso. Y así lo hice, corte el espacio que había entre nosotros, mientras aún lo besaba, comenzaba a recorrer su pecho con mi mano, por debajo de su ropa.

L: ¿Por que no lo hacen en tu habitación?, y no frente a la mía. Luna nos estaba viendo desde el marco de su puerta.

M: Perdón, Luna, ¿Dónde estuviste ayer?.

L: Con Ámbar, aparte eso a ti no te incumbe. Dijo un poco cortante hacia el.

M: Me incumbe, por que me importas. Comenzó a acercarse a ella, como si le fuera a dar un abrazo, pero cuando estuvo lo suficientemente cerca le agarro el brazo. ¿Quien te hizo esto?. Refiriéndose a un rasguño que se encontraba cerca de su ante brazo.

L: Fue un accidente, no pasó nada malo. Comenzaba a ponerse nerviosa, solo que eso no duró mucho cuando volvió a tomar su postura cortante con el, haciendo que con un movimiento brusco el la soltará.

M: ¿Tienes problemas con alguien?.

L: Por supuesto que no, ¿Quien me crees?. Estaba molesta y mucho.

M: Lo siento, creo que será mejor que me valla a mi habitación, Simón, ¿Vienes?.

S: Claro, hasta luego Luna.

Entramos a su habitación, la cual estaba al final del pasillo y bastante alejada a la de Luna.

S: ¿Todo bien con tu hermana?.

M: *suspiro* No, creo que cada día se pone peor nuestra relación, ya no me habla como solía hacerlo. Un nudo se formó en su garganta, en verdad se veía triste.

S: Tranquilo bonito, ya verás que pronto las cosas mejorarán, tú y ella volverán a ser como eran antes. Dije mientras lo conolava en un abrazo y el lloraba.

Narrador.

La escena era completamente cautivadora, el pudo desahogarce y contar todo lo que le estaba pasando.

Solo que lo que ellos no sabían era que no solo el estaba escuchando, cierta chica de cabellos castaños y ojos verdes estaba del otro lado de la puerta, escuchando con atención, como era costumbre de ella, solo que esta vez no se quedó de ese lado.

Matteo.

Me había desahogado con Simón, era reconfortante que me consolara.

M: Gracias amor, creo que solo tendré que esperar.

L: ¿Puedo pasar?. Alguien estaba del otro lado de la puerta y por su voz creo que es mi madre.

Abrí la puerta y del otro lado estaba Luna.

M: Pas... No me dejó hablar, solo me abrazo y comenzó a llorar en mi hombro.

L: Lo siento, lo siento tanto, no debí haberme enojado contigo por haberte enamorar de el, ambos lo hicieron y creeme si te digo que estoy feliz por ustedes.

M: Tranquila, la verdad tenía miedo que no me perdonarás, pronto en navidad y creo que sería el momento perfecto para decir la verdad, ¿No crees?...




¿Por que tú? | Sitteo, Lumbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora