Luna.
Matteo se había ido con Simón, y aunque por regla de mi padre tendría que regresar inmediatamente a casa.
Esta vez no sería así, decidí irme, despejarme, sea dónde sea, pero necesitaba salir de las cuatro paredes dónde últimamente e estado.
Salí del panteón, era un lugar solo y tenebroso, pero solitario, así que no tenía por qué preocuparme.
Comencé a caminar por la calle, no había mucha gente por ahí, así que lograba pasar desapercibida.
Mientras camina, pensaba, ¿Cómo es que mi madre puede estar muerta?, Ella no era una persona enfermiza, pero tampoco era tan joven. Seguí sin entenderlo, pero no por pensar y darle vueltas lo resolvería, nisiquiera sabía por dónde empezar para poder deducirlo. Creo que lo mejor es simplemente quedarme con lo que los doctores dijeron.
Aunque si había algo que no podía dejar de pasar por mi cabeza, ¿Por qué Simón si busco a Matteo, pero Ámbar a mi no?, Creo que no le gustaba o amaba como tanto me lo decía, tal vez solo no se podía separar de Matteo y yo era su opción más cercana para seguir cerca de el.
Mientras camina, no pude evitar ver a una chica, la cuál se me hacía bastante conocida.
Me acerque de una forma bastante cautelosa, estaba saliendo de una casa en esa locación, ¿Será suya?.
Su teléfono comenzó a sonar, ella contesto de inmediato, al parecer era urgente.
-Señor Balsano, ¿Que desea?- ¿Balsano?, ¿Mi padre le está hablando?.
No logré escuchar la contestación o pedido de mi padre hacía ella, aunque si su contestación ante eso.
-Claro, hoy mismo termino la falsa relación con Ámbar y estoy de acuerdo con que su hija ya logro entender que debe estar con usted- La llamada finalizó, pero seguía sintiéndome igual, aunque fue falsa la relación de ellas dos, Ámbar la prefirió a ella que a mi.
Ya estaba de más cuestionarme, las cosas ya habían terminado y aunque por algún motivo no dejará de preguntarme, ¿Por qué ella?, Por qué no lograba sacarla de mi cabeza.
-¡Maldita sea!, ¿Por qué no logro que salgas de mi mente?, se supone que debo odiarte, pero cada vez que pienso en ti, siento como mi corazón se acelera, mis pensamientos giran al rededor de ti, de tus ojos, tu cabello, tu aroma- Comenzaba a sentirme mal, y no en el aspecto físico, si no que la extrañaba, pero debía ser fuerte, tenía que serlo.
Matteo.
Entramos en la pista, Simón había decidido pagar todo, y la verdad es que no pensaba oponerme, el fue quien me busco.
Nos pusimos los patines, entramos en la pista, no soltaba el barandal, pues no sabía patinar, sin embargo Simón lograba mantener el equilibrio.
–Sueltate, así al menos podrás intentarlo– Sujeto mi mano, al menos la que estaba libre.
–Solo caeré, prefiero quedarme aquí– Su mano, aún estaba sobre la mía, me sentía especial, a pesar del como lo trate, el está aquí, intentando volver a estar a mi lado y lo mejor es que es cuando más lo necesito.
–Confia en mi, no te dejare caer– Fue lo que necesite escuchar para así confiar en el.
Me solté del barandal, tome su mano y caí a el suelo, aunque no fui el único que lo hizo.
–Lo siento, no pensé que fueras a confiar en mi, creí que te negarias a soltarte– El se levantó, tomo equilibrio y extendió sus manos hacia mi, las tome y logramos estar de pie.
Comenzamos a avanzar, pero de una forma bastante lenta y cautelosa, al parecer no quería que volviera a caer.
Comencé a perder el miedo, tomando iniciativa y patinando por mi propia cuenta y aunque no era el mejor, ya sabía patinar o al menos avanzar.
–Muy bien, eres bastante bueno, y creo que ahora ya no necesitas mi ayuda– El me soltó y comenzó a patinar a lado mío.
–Simón– Me detuve y recargue sobre un borde de la pista. – ¿Por qué estás aquí?, ¿Por qué me buscas?– Tenía que decirlo, necesitaba aclarar los cabos sueltos que habían entre el y yo.
–Por que quiero estar bien contigo, ya no pido volver, por qué se que eso sería muy difícil, solo quiero que sepas que todo lo que pasó, no fue mi culpa, no quería que te pasará eso, pero tampoco pude evitarlo, no sé quién eran, ni por qué tu padre hizo todo ese show, pero sabía que si volvía, sería difícil para ti y tu estatus, más sabiendo que tu padre se está postulando, mira, lo único que quiero, es que sepas que estoy para ti, siempre que lo necesites– Simón, soltó mi mano, y bajo la mirada, no sabía que responder, me sentía en paz, pero con ansiedad, no quería recordar nada de lo que pasó, solo me haría más daño.
–Simón, yo...– No me dejó responder, ya que tomo mi mentón, me acorraló contra la pared y me besó.
Haciendo que con ese beso, supiera lo que siento, y en específico lo que siento por el.
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¿Por que tú? | Sitteo, Lumbar (Completa)
Hayran KurguLuna y Matteo son hermanos y muy buenos amigo los mejores de echo, pero desde que Luna sale con Simón todo cambia. Matteo siente algo por el, pero teme decírselo a Ámbar, ya que no quiere lastimarla, llevan mucho tiempo de relacion, que no sabe que...