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Ámbar.

Hoy es navidad, bueno víspera y había sido invitada a pasarla con los "Balsano", pero en realidad no sabía si quería ir, ¿Y si es para fingir ser novia de Matteo?, No lo creo ya que fui invitada por Luna, ¿Pero y si no se decirle lo que siento a Luna?. En realidad no sabía si sentía algo por ella.

La invitación era para estar llegando en la noche, pero las ansias de estar ahí me matan, estaba decidido hoy sería el día en el que le diré la verdad a todos, que si, Si estoy enamorada de Luna Balsano.

La hora se aproximaba, y yo aún no sabía que vestido usar, quería que el vestido fuera atrevido, para así llamar la atención de Luna, pero no tanto, ya que no quería parecer una cualquiera, seguía confundida, hasta que lo ví, era un vestido perfecto, no tan largo pero tampoco tan corto, con un escote no tan prominente.

Era momento de salir, tenía todo planificado, justo a las doce le diría a Luna lo que siento.

Simón.

Era momento para ir a casa de los Balsano, me sentía confundido, ya que la invitación fue repentina y la cancelación de la cena familiar también.

No sabía lo que pasaría, no sabía si entre Matteo y yo saldrá la verdad, solo sabía que no tenía por qué preocuparme.

Matteo.

Estaba casi listo, hoy sería el día en el cual le diríamos la verdad a nuestros padres, a pesar de que el miedo estuviera apoderándose de mi.

-¡Luna!- Llame para que ella viniera a mi habitación.

-¿Qué pasó?- Dijo después de haber corrido en tacones, desde su habitación a la mía.

-¿Estás lista?, Sabes que las cosas cambiarán después de esto y que ya no hay vuelta atrás-

-Lo se, por eso tenemos que hacerlo, ya no queda mucho tiempo, y si no lo hacemos hoy no podremos hacerlo hasta la siguiente festividad-

-¿Invitaste a Ámbar?-

-Si, tal y como lo planeamos, espero no tarden- Seguíamos hablando, con los nervios a flor de piel, hasta que el timbre sonó.

-¿Lista?, Por que estamos por entrar a el mismísimo infierno- Ella solo tomo mi mano y bajamos para así abrir la puerta, encontrándonos con aquellas personas, las cuales nos ayudarían.

Luna.

Ella estaba ahí de pie frente a mi, se veía tan bien, que por un momento olvide la preocupación de todo lo que estaba pasando a mi al rededor.

-Hola- Dijo ella un poco temerosa, mirando junto a mis ojos.

-Hola- Le respondí, era extraño, las mariposas dentro de mi estómago hacían que el alivio se transformarán en nervios.

-Chicas, es momento de cenar- Mi madre apareció repentinamente por detrás de mi, haciendo que me sobresaltara.

Pasaron varias horas, la cena haba transcurrido casi igual que como cuando se conocieron mis padres con Simón y Ámbar, excepto por los comentarios, los cuales hacían que Simón se sintiera incomodo.

-Chicos, no es por ser entrometido, pero quería decirles que se me hace muy extraña la relación entre ustedes dos, son muy unidos, mucho para mi gusto- Sabia a lo que se refería, pero al parecer era la única, ya que días antes me había preguntado si es que entre Simón y Matteo había algo mas que una amistad, lamentablemente no con las misma palabras- ¿No están siguiendo ninguna de esas modas raras o si?-

-No se a que te refieres con "Modas"- Matteo sabía a lo que se refería nuestro padre, pero al parecer está siguiendo su plan, así que para poder decirle la verdad, ya no teníamos que evitar el tema.

-No es por entrometerme señor, pero si es lo que estoy pensando, el que ellos sean novios no es ninguna moda rara- Ámbar había entrado en la conversación, aunque no con el mejor comentario.

-¿¡Novios!?, ¡Perdón señorita, pero en esta casa, dos chicos no pueden ser novios!, Y mi hijo sabe muy bien la reglas, así que lamento informarle, que ese tipo de bromas no son para esta mesa- Sonaba molesto, pero el momento.

-¿Y dos chicas?- Ámbar volvió a hablar.

-¡Por favor!, Dios creo al hombre para estar con la mujer y viceversa, el que dos chicos o dos chicas, quieran estar en una relación, es algo deplorable y obsceno- Ahora la que había contestado era mi madre.

No podía más, sabía que esto pasaría asi, pero era demasiado para mi, necesitaba detenerlo o hacer que llegara a su fin.

-Papá, mamá, hay algo que tengo que decirles, tal vez no sea el momento ni el lugar, pero es algo que ya no puedo esconder- Me levanté repentinamente de la mesa, así llamando la atención de todos en ella.

-Estamos enamorados, o al menos yo lo estoy, y les guste o no la persona de la que estoy enamorado no es Ámbar, si no Simón- Matteo también se había levantado, y justo cuando termino de hablar, Simón tomo su mano en forma de apoyo.

-Yo también lo estoy, aunque aún no sé si los sentimientos son correspondídos- Ámbar había tomando mi mano.

-No hacemos esto, por que sea una moda, ya que no lo es, si lo hacemos es por que ya no podemos seguir con esta mentira- Mi padre solo nos miraba, aunque no con una mirada de compresión y ternura, si no con una de asco y furia...








¿Por que tú? | Sitteo, Lumbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora