||Y de entre las cenizas el Fénix renacerá. Su luz deslumbrante opacará al sol. Sus ojos destellaran poder. Su alma gritará grandeza. Su corazón será poderoso.
Y cuando el Fénix haya caído, el volverá a nacer. Será imparable.||
𝑻𝑬𝑹𝑴𝑰𝑵𝑨𝑫𝑨
Ed...
Había pasado una semana. Una semana donde Joe e Isabella se unieron más. Donde parecían padre e hija.
La doctora Miller había visto mejoras en Isabella, ella ya no necesitaba de la mascarilla de oxígeno, de hecho, hasta podía hablar de nuevo. Ya podía hablar con Joe.
-¿A dónde fue el tío James? -preguntó la niña mientras comía. -Fue al trabajo. -¿En qué trabaja? -En salvar al mundo. -¿Cómo un policía? -Más o menos. -¿Y tu trabajas con él? -Trabajaba... Ahora trabajo para ti -Isabella rio pero luego dejó de hacerlo y frunció el ceño. -¿Por eso no me cuidadas?
La sonrisa de Joe se borró poco a poco. ¿Acaso su hija le guardaba rencor por no haberla cuidado desde pequeña?
-Isabella... Yo... -Joe no sabia que decir- yo no pude... Tu mamá y yo... Dios, que complicado -susurró y pasó sus manos por su rostro mostrando frustración. -Mamá me decías que tratabas de arreglar el mundo -murmuró la niña- ella dijo que eras mi héroe, aunque no me cuidabas directamente. Ella me decía que tenía que quererte aunque no te conociera -poco a poco los ojos de Isabella se llenaron de lágrimas. Extrañaba a su mamá- no tenía motivo para no quererte. Eres mi papá. No te odio -aunque Isabella fuera una niña, entendía muy bien lo que los adultos a veces decían, hacían o sentían.
Y al fin y al cabo, algún día ella sería adulta.
-Oh mi pequeña -Joe se sentó en la cama, a un lado de Isabella y la atrajo hacia él, tratando de no lastimarla y recostó la cabeza de la rubia sobre su pecho, Isabella lloró sobre este. -Extraño a mi mami. -Yo también, princesa. No se que hubiera hecho sin ti. No hubiera soportado también perderte a ti. -No quiero que me dejes nunca, papá. -No lo haré nunca, mi pequeña. Nunca te dejaré sola.
Ese día, Isabella se durmió en el pecho de su padre, mientras el acariciaba su corto y rubio cabello. Pero Joe no sólo hizo eso, también se dio la oportunidad de apreciar los rasgos de su niña. Era tan parecida a él y a Kate, no había duda de que era su hija.
Cabello claro, como él. Pues Kate, aunque tuviera el cabello rubio, no era del todo natural. Nariz fina, como él. Aunque también Kate tenía una nariz muy hermosa. Ojos verdes, como los de Kate. Joe los tiene azules. Pero Isabella tenía rasgos latinos. Katherine Flores era latina, los labios gruesos, sus grandes ojos, pestañas gruesas y una bonita manera de hablar cuando se enojaba, pues su acento mexicano salía a la luz acompañado de uno que otro insulto. Isabella tenía una combinación perfecta entre rasgos latinos y americanos.
Una combinación equilibrada, sin ser más americana o son ser más latina.
-Ay Katherine, en serio te necesito. Tengo miedo de fallarle -murmuró Joe acariciando aún en cabello de Isabella- tengo miedo a dejarla sola.
Lo siento si digo que te necesito Pero cuando no estoy contigo, me vuelvo débil.
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