||Y de entre las cenizas el Fénix renacerá. Su luz deslumbrante opacará al sol. Sus ojos destellaran poder. Su alma gritará grandeza. Su corazón será poderoso.
Y cuando el Fénix haya caído, el volverá a nacer. Será imparable.||
𝑻𝑬𝑹𝑴𝑰𝑵𝑨𝑫𝑨
Ed...
Steve, Natasha, Isabella y Leyna estaban fuera de la sala de cirugía donde Fury estaba siendo atendido, los médicos especialistas hacían todo lo que podían por mantenerlo estable. El corazón de moreno era fuerte, pero había perdido demasiada sangre.
-¿Creen que salga de está? -preguntó Isabella con la preocupación en su rostro. -Esperemos que si -murmuró Steve tomando la mano de la pelirroja, está entrelazó sus dedos mientras suspiraba. Steve le daba cierta paz.
De pronto los médicos comenzaron a correr de lado a lado en la habitación buscando cualquier cosa que estabilizará el ritmo y la presión del moreno. Las enfermeras llevaron del desfibrilador y tal como indico el doctor le dieron una descarga al corazón de Fury. Durante unos minutos trataron de hacerlo, sin embargo, su corazón no volvió a latir.
Los 4 Vengadores fuera de la habitación estaban en silencio, lo único que se escuchaba era el zumbido de la máquina que medía los latidos del corazón, pero está ya no medía nada.
-¿Qué fue lo... lo último que te dijo, Steve? -Natasha miró al rubio. -Que cuidara de lo que había dejado.
Sin más, el rubio se fue, con la furia en el interior, viendo el USB en su mano. Isabella comenzó a seguirlo de lejos pues quería cerciorarse que el rubio estuviera bien. Ella pudo notar que de pronto Steve se detuvo frente a una máquina expendedora y que metía en ella un objeto pequeño que traía en la mano, después de fue.
Ella se acercó a la máquina la cual aún estaba abierta, iba a meter la mano para sacar lo que Steve metió, pero el hombre de mantenimiento la detuvo.
-Aguarda chica, ¿que no ves que las cosas no son gratis? Espera tu turno. Che roja, cree que puede hacer lo que quiera. -Es que... Se ve tan perro todo que quiero comerlo ya.
El hombre, de acento latino, se quedó asombrado por como la chica había respondido en español.
-¿Hablas español? -No wey, te estoy hablando con la mente. -¿Te crees graciosa, eh? -Abuelita de Batman.
El hombre sonrió de lado.
-Así que te crees graciosa -el hombre sonrió con malicia y lentamente fue cerrando la puerta de la máquina- yo también puedo ser gracioso.
Isabella lo miró indignada.
-Chingas a tu... -Con la madre no nos metemos. -Está bien -Isabella suspiró- y ahora ya puedo agarrar. -Adelante roja.
Isabella rodó los ojos y sacó varios billetes de su bolsillo. El primer billete lo metió lo más recto que pudo, pero la máquina se lo devolvió a los segundos.
-Chica, el truco está en... Me permites. El truco está en estirarlo, darle dos toques con saliva y meterlo.
Dicho esto, el hombre introdujo el billete y la máquina lo aceptó.
-Adelante. -Gracias.
Isabella puso los números de las barras de chocolate, donde hasta atrás se veía un objeto extraño, y la barra cayó. En cuanto el hombre se fue Isabella hizo lo mismo con los demás billetes hasta que logró sacar lo que parecía ser una USB.
Leyna, que llevaba buscando unos minutos a la pelirroja, la encontró frente a una máquina expendedora con más de 6 barras de chocolate en más manos, ella miró extrañada a Isabella pues no sabía que su amiga era adicta al chocolate.
-¿Todo bien, Isa? -Si, todo bien.
La rubia la miró extrañada, pero lo dejo pasar pues pensaba que a veces su amiga estaba loca.
Ambas salieron de hospital yendo a su departamento, aunque Leyna tuvo que salir pronto pues dijo que su hermana había tenido un problema con el banco y tenía que ayudarla.
Isabella se había quedado sola en casa y se encontraba haciendo el papeleo que Fury le había dado antes del altercado en las calles, él le había dicho que sólo confiará en aquellos que estuvieron desde el inicio de los días. Isa no había comprendido aquello, sin embargo, en los únicos que confiaba los había visto en el hospital.
Tras pasar tensión en el hospital, decidió que debía ducharse y pasar tiempo bajo el agua para relajar la mente y el cuerpo.
🔥🔥🔥
No sabía cuánto tiempo llevaba sumergida en el agua, pero abrió los ojos de golpe pues escuchó un sonido en la cocina como cuando algo se cae y se rompe.
Isa salió de la bañera sin hacer ruido, se enredó la toalla en el cuerpo no sin antes ponerse ropa interior, y salió del baño con mucho sigilo. Se dirigió a donde había provenido el sonido y vio un plato de vidrio en el suelo. ¿Quién lo habrá tirado?
Su cuerpo aún estaba alerta y con sus orbes buscaba algún indicio de que hubo o había alguien ahí, dio pasos precisos sin pisar los cristales rotos yendo hacia la sala de estar. La perilla de la puerta estaba intacta y no había marcas de forsajeo en esta o en las ventanas, quizás el plato estaba mal puesto y cayó.
-Maldito plato -dicho esto, alguien tomó a Isabella del cuello y la azotó contra la pared mientras aún la asfixiaban, ella ni siquiera tocaba el suelo con sus dedos. Isa trataba de quitar la mano de metal de su cuello, pero esta era demasiada fuerte como para librarse y la falta de aire impedía que encendiera su mano para fundir el metal.
Era el segundo encuentro con el hombre del brazo de hierro y quizás esta vez Leyna no estaría para salvarla.
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Wenas! Otro capítulo de F&F
Cómo la están pasando en la cuarentena?
Toda su familia y ustedes están bien?
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