El Consejo Del Infierno.

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Me levante con el niño entre mis brazos y aún con las miradas de los chicos sobre mi.

-¿Te ayudo? Cariño.-pregunto, Adam mientras me veía con una sonrisa que no supe descifrar.

- Esta bien, cielo. No pesa nada, mejor llevate mi guadaña, por favor.- respondi.

- Bien pero si te cansas, me dices.-dijo, mientras tomaba del suelo la guadaña.
Yo solo asenti con una sonrisa, realmente él era un chico muy atento.

- No es bueno que hagamos esperar tanto a nuestra gente.-dijo, Kiara con una sonrisa devuelta en el rostro.

- Tienes razón, andando.- dijo, Lucy mientras la tomaba de la mano.

Todos comenzamos a caminar rumbo a la entrada, encabezados por Lucy y Kiara. Ellas por más que trataban, no podían ocultar su rostro de felicidad.

Al salir nuestra gente se puso de pie con entusiasmo, contagiando así el espíritu de la victoria.

Realmente todos estaban muy contentos por el exterminio del consejo y yo también lo estaba solo que no podía dejar de pensar en Persephone y la caja.

Si ella encuentra la manera de crear la llave y abre la caja, sería un caos para los dioses y los seres humanos. Ya que por lo que se, el contenido dentro de la caja es un poder y una energía sumamente negativa; tanto así como el corazón de un millón de demonios juntos. El caos y la destrucción es parte de nosotros, por lo cuál no tendría tanto efecto en nosotros o al menos eso creo.

- ¿No es así? Alexander.- escuche que me hablaban.

- Ah ¿si?.- dije, algo avergonzado ya que todos los presentes tenían su mirada puesta en mi, como si esperan que dijera algo pero no se ni que hablaban.

Lucy solo llevo la mano a la frente.

- Estamos dando felicitaciones por su triunfo, ahora habla tu y después presentamos con el nuevo consejo.-me susurro, Kiara.

- Claro.-dije, para después aclarar la garganta.

- Gracias a ustedes y su esfuerzo, hoy en este día podemos decir a los cuatro vientos que somos libres. No más cacerias de subterráneos, no más desigualdad.- mientras decías esto la gente gritaba con felicidad, otros rugian ante las palabras.

Yo hice un ademán para que me permitieran seguir hablando.

- El viejo consejo quedara en el olvido, ahora sus príncipes no sólo podrán orden en el Inframundo sino también en toda Assiah.- anuncie, todos seres comenzaron a aplaudir y repartir bendiciones.

- ¡LARGA VIDA A LOS PRÍNCIPES DEL INFIERNO!.- gritaban una y otra vez en unísono.

- Mañana por la noche prepararemos un gran festín para celebrar esta fecha tan importante. Ahora cada quien es libre de tomar su camino no obstante, quiero dejar algo claro. Esta prohibido causar alborotos entre los humanos, si van a comer háganlo con discreción y no muestren su verdadera apariencia saben como son de escandalosos los seres humanos. Si rompen algunas de estas reglas serán castigados.- dije, con severidad.

Muchos pasaron saliva ante lo último.

- Pero también si llegan a ser perseguidos o molestados por los seres de Assiah, contáctenos y nosotros iremos a poner orden. De ahora en adelante todos seremos tratados por igual.- termine de decir.

Todos sonrieron y con obediencia bajaron sus cabezas, cada uno antes de marcharse hacia una reverencia.

- Eres un buen líder.- me dijo, Akibel.

- Pues tú ¿con quien crees que estas tratando?.-dijo, Azrael con altanería.

- Solo trato de hacer lo correcto.-respondí, tratando de no reír por el comentario de Azrael.

El CLAN MALDITO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora