El Mundo De Los Sueños.

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En tan sólo un parpadeo, me encontraba nuevamente frente a la guarida de Persefone.

Un viento helado me dio la bienvenida al lugar, acompañado del
sonido de fuertes aleteos.

Eran las quimeras, que custodiaban el lugar.

A diferencia de la primera vez, estás no rugieron cuando me vieron. Tan sólo se limitaron a escanearme con sus ojos felinos.
Después de terminar, ellas se dieron la vuelta y se elevaron en el aire, desapareciendo nuevamente entre las sombras.

Las cuevas estaban rodeadas por barreras muy bien elaboradas, como las que cruzamos para entrar al castillo de Transilvania.

Gracias a mis ojos demoníacos podía ver las barreras, si hubiera sido otro ser sobrenatural, ya estaría hecho cenizas.

Caminé con cautela hacia la entrada de la segunda cueva, la misma en la que días atrás me había recibido Persefone.

A cada paso que daba, mis sentidos se ponían en alerta. La noche estaba extremadamente silenciosa, el viento comenzaba a soplar con brusquedad causando que las copas de los árboles se movieran de un lado hacía otro.

- Persefone...-le hablé desde la entrada de la cueva.

Presione con algo de fuerza el pequeño ramo de flores, en un fallido intento de calmar mi ansiedad .

A pesar del fuerte sonido que comenzaban a crear las ramas de los árboles, podía escuchar a la perfección los acelerados latidos de mi corazón.

Las hojas secas que estaban en el suelo, comenzaron a moverse frenéticamente creando así un remolino de viento.

Tras unos segundos el remolino se dispersó, dando paso a la aparición de Persefone y su fiel brujo.

- Volviste...-dijo, ella con satisfacción, mientras caminaba hacía a mi.

- Te prometí, que así lo haría ¿no?.-respondí, mientras le extendía el ramo de flores rojas.

- Esas son...-dijo a medias, mientras tomaba el ramo con delicadeza.
En su mirada se podía notar el asombro, la felicidad y la melancolía.

Los mundanos no se equivocaban al decir que los ojos, son las ventanas del alma.

- ¿Sabes que necesitarás más que un par de flores, para ganar su confianza? ¿no es así?.-dijo, el brujo con cierta ponzoña en su tono de voz.

- Lo sé y es por eso que estoy aquí. De ahora en adelante haré lo que Persefone me pida.-le respondí, de manera neutral.

Sin embargo, en ese momento sentía unas ganas de partirle la cabeza.

Ese maldito entrometido sería el primero al que exterminaría, tan pronto tuviera la caja entre mis manos.

- ¿Nos vamos ya?.-dijo, ella mientras caminaba con elegancia.

- Claro.-respondímos en unísono.

La barrera frente a ella se abrió como una gran puerta.

- Mañana será un nuevo comienzo.-dijo, ella en voz baja mientras cruzaba.

- ¡Dios! esa perr* me da muy mala espina.-habló Azrael.

- No creo que sea para tanto...-dijo, Xander.

- Xander, esa mujer es una loca fugitiva, un tanto psicópata y bipolar que tiene un gran sentido de la persuasión, en definición, ¡esa mujer es retorcidamente peligrosa!.-explicó, Azrael su preocupación.

El CLAN MALDITO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora