Capítulo 4

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Me quedo congelada cuando veo quién sube al escenario, mi sorpresa es inmensa y me cuesta hasta pestañear

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Me quedo congelada cuando veo quién sube al escenario, mi sorpresa es inmensa y me cuesta hasta pestañear. Intento respirar, o eso es lo que creo que hago.

Hoy está magnífico, ¡demonios!, es sexy hasta cuando se coloca la guitarra, no puedo dejar de contemplar a este admirable hombre. Todos sus movimientos son masculinos y perfectos, es arte en estado puro. Sus músculos se marcan con cada movimiento que hace, creo que voy a necesitar otra cerveza, noto esa sequedad en mi boca.

Empiezan a tocar y Bryden a cantar, ha sido una verdadera sorpresa, su voz es muy hermosa. Alma me mira y con voz de bruja todo poderosa  me dice al oído:

—Cierra la boca, se te está cayendo la baba.

—Y no es para menos —le susurro lo más bajito que puedo, ya que me he quedado sin voz.

—¿Quién diría que tiene esa voz tan sexy? —vuelvo a decirle realmente fascinada.

—Así es él, una caja de sorpresas, ya te lo dije, solo un voto de confianza bruji.

La letra de la canción es preciosa, habla sobre el destino de las personas, de como el tiempo hace que todo vuelva a encajar, lo quieras o no, todo se va acoplando a nuestras vidas, como si de un puzzle se tratase.

El sonido nos envuelve, noto como la música retumba dentro de mi cuerpo y cómo se va apoderando de mi.
Estos hombres son un buen espectáculo para nuestros ojos, y como no, para las demás féminas del local, que tampoco dejan de mirar la mercancía que hay en el escenario.

Es imposible hacerlo, todo se concentra ahí, hay mucha fuerza en ellos. Disimulo como puedo, dirijo mi mirada hacia el guitarrista, no quiero que Alma se tense como anoche. Después de lo que me dijo, es para pensárselo.

"Lo sé, lo sé, pero no lo puedo remediar, es un peligro para mi salud, y es que cada vez que lo hago, mi temperatura corporal sube, no puedo controlar a mi maldito cuerpo", me repito como si fuese un maldito mantra.

Vuelvo a dirigir mi vista a Bryden, necesito darme un respiro, mi corazón no soportará otra revolución más si sigo mirando a ese dios. Bryden me mira, yo aguanto mis ojos por unos segundos en esa mirada de pantera. ¿Me acaba de picar el ojo o son cosas mías?

—Parece que a Bryden le gustas, no suele hacer eso, es bastante tímido.

No sé como digerir lo que acaba de decirme Alma, ya qué el que me atrae, es el todo poderoso dios prohibido.

—La verdad es que no lo esperaba, parece que no es tan cortado en el escenario —admito sin poder creerlo.

Ella me pica el ojo y vuelvo a poner mis ojos en Bryden. El sigue mirándome mientras me dedica una gran sonrisa, es perfecta como todos ellos. Me agrada mucho que me haya sonreído, igual tiene razón mi amiga, a lo mejor el chico es tímido, podría darle ese voto y conocerlo mejor.

Entre Luces y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora