Capítulo 3

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Estoy agotada, mi hermana está igual o peor que yo, así que nos marchamos

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Estoy agotada, mi hermana está igual o peor que yo, así que nos marchamos.

Llegamos a casa, cada una hace su camino sin decir una palabra, nos vamos directa a nuestras habitaciones.

El viaje y la noche en el local me han dejado exhausta, todo ha sido demasiado intenso, estoy rendida, así que no tardo nada en quedarme dormida.

Vuelve la bruma fina, ella es ligera como la seda, hay luna llena y la noche es perfecta.

Desde el cielo nos rodea un manto lleno de miles de estrellas, estamos tumbados sobre la fría hierba.

Él está a mi lado y su mirada es tierna, ya no queda nada salvaje en ella.

Presiento que ya nos conocemos, noto esa fuerza cuando me coge de la mano, —aquí es dónde empezó todo, vengo de estas tierras, éste es nuestro hogar, tu hogar Sorcha. Natoir breith air ràir coltais faodaich cridh beartach a bhi fo chótabochd. (No juzgues por las apariencias, un gran corazón se puede esconder debajo de una vestimenta pobre).

Ha empezado a llover, empiezo a sentir mucho frío cuando el agua toca mi cuerpo.

La oscuridad vuelve a rodearme, me quedo paralizada, puedo percibir qué alguien me observa, qué alguien está aquí conmigo.

Mis ojos intentan adaptarse a esta nubosidad, busco en la fría y helada noche.

Pero es tanto el frío que siento sobre mi cuerpo, qué hace que me despierte de un sobresalto, miro el despertador y son las 4:45 de la mañana.

Lentamente intento adaptarme a la poca luz que rodea este espacio, a mi nueva habitación.

Echo de menos mi casa, echo de menos mi tierra y sobre todo, echo de menos a mi querida abuela.

Me levanto con lágrimas en los ojos mientras voy directa a la cocina, tomo un vaso de agua y me mojo la cara.

Al girarme me veo a Alma, ella se encuentra sentada, está mirando por la ventana.

—¿Aún despierta?, ¿te encuentras bien? —pregunto al verla tan ausente.

—Estoy bien, simplemente no tengo sueño. Hace mucho que no duermo de noche, he perdido el sueño. Ya sabes, con lo de la alergia a la luz, solo duermo durante el día.

Hace años le diagnosticaron una alergia muy rara, no es que no pueda salir con el sol, en invierno si está nublado si lo hace, pero no puede exponerse directamente, por eso no suele salir casi nunca de día.

Nos lo dijo hace unos años, fue al principio de venir a vivir a Londres.

Lo bueno de vivir aquí, es que casi nunca sale el sol en invierno, claro.

—Cuando amanezca se cerraran las persianas automáticamente, ustedes salgan, vayan de compras. Aquí en Londres todo sigue igual y nada ha cambiado. Las veré por la tarde, cuando lleguen ya estaré despierta. ¿Y tú?, ¿qué haces despierta, has estado llorando?

Entre Luces y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora