—Buenos días, ¿piensas pasarte todo el domingo en la cama? —me pregunta mi hermana llena de felicidad.
—Déjame, no me apetece levantarme. Y no enciendas la luz, necesito dormir, en serio.
—¿Pero tú has visto la cara que tienes? ¿No te quitaste la pintura anoche?, pareces un panda querida. Venga, levántate, estoy preparando café, vente a la cocina y cuéntame como lo pasaste anoche. Quiero que me lo cuentes todo, con pelos y señales. ¿Ligaste?, estoy segura de que si lo hiciste, estabas preciosa anoche.
Conozco a mi hermana, no va a dejarme dormir hasta que le cuente como pasé la infernal noche, así que decido levantarme.
—Está bien, solo dame unos segundos para espabilarme y te acompañaré a la cocina.
—Espera... ¿Has estado llorando? —vuelve a preguntar cómo si realmente fuese mi madre.
—No, solo llegué muy tarde a casa, y sabes qué si me dejo la pintura me hace daño en los ojos.
—¿Cuándo aprenderás qué las mujeres tienen que desmaquillarse, Sorcha?, ya eres mayorcita para saberlo. Traeré mis cosas, te haré una limpieza antes de que te salga el peor grano del mundo y se aferre a ti cómo si fuera parte de tu vida.
Mi hermana es un encanto, pero tengo una resaca muy perra para lidiar con ella ahora mismo.
Tuve la peor noche de mi vida, y ella quiere hacerme una limpieza de cutis por un simple grano, qué encima no ha dado señales de vida.
Cuando voy a servirme el café, me llegan imágenes de Mack y no lo puedo controlar, mis lágrimas vuelven a caer y ya no puedo parar.
—¿Qué te pasa?, ¿por qué estás llorando? ¿Hay algo qué no me hayas contado? —me pregunta con tranquilidad.
No puedo hablar, las palabras se quedan en mi garganta, el llanto no las deja salir.
Estoy hecha una mierda, ¿cómo le voy a ocultar tanto a mi hermana?, ella es lo único que me queda después de perder a nuestra abuela.
No quiero que sufra por mi, ya ha sufrido mucho con la muerte de ella.
—Venga, llora, tienes que sacarlo todo. Estoy aquí, has estado para mi, cuéntame que te está pasando. ¿Te pasó algo anoche, o es por ella por la qué lloras?, ¿es por ella, verdad?
—Estoy bien, ya se me está pasando, no te preocupes, de verdad.
—Soy menor que tú, pero no por muchos años, solo nos llevamos 16 meses. ¿Crees qué puedes engañarme? Venga, suelta por esa boquita de piñón que tienes, y dime a quién tengo que matar. Dame solo un nombre y su dirección, mañana estará muerto, te lo prometo.
Ella es la mejor, ha hecho que pueda sonreír, solo mi hermana puede hacer eso con sus locas ocurrencias, hace que me sienta un poco mejor y le sonrío.
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Entre Luces y Tinieblas
FantasyLa vida de las hermanas Ryan toman un giro drástico luego de que su único familiar vivo fallece, tomando así la decisión de comenzar de cero acompañadas de su última esperanza. Emprenden un viaje hacia Londres para vivir con Alma, la cual es amiga d...