Capítulo 17

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Suena mi querido despertador, como odio ese maldito sonido, son las 6:00 de la mañana.

Apenas pude descansar, ni siquiera sé cuando me quedé exactamente dormida.

¿Estoy arropada?, no recuerdo haberlo hecho, tampoco recuerdo haber cerrado la ventana porque tenía bastante calor.

Tengo que prepararme, hoy es la reunión con los nuevos empleados, ya que en unos días se abrirá el hotel.

Estamos en la sala de reuniones, he conocido a mis compañeros y hemos estado planificando todo sobre la recepción de los clientes.

Mi jefe ha llegado una hora más tarde, como siempre está espectacular con su traje azul y la corbata a juego con sus ojos.

Puedo observar como algunas de mi compañeras suspiran por él, y yo no las culpo.

Es un hombre bastante guapo, hoy no se ha puesto gomina en el pelo, está mejor sin ella.

Sus miradas han sido solo para mi, eso me ha puesto nerviosa, por momentos me he sentido intimidada.

No sabía hacia dónde mirar, esos ojos son impresionantes, me ha gustado mucho que hoy no estuviera distante y frío.

Ha sonreído en varias ocasiones, se nota que está bastante relajado.

Llevamos toda la mañana reunidos, y ha finalizado la reunión hablando de sus normas.

De cómo debemos cumplirlas al pie de la letra, era de esperar, él siempre controla la situación, y yo, yo rompo todas mis normas pensando en cómo sería acostarme con él, si, con mi hermoso jefe.

Es terriblemente sexy, ha estado impecable y ha sido una agonía para mi ver cómo mis compañeras se lo comían con sus ojos.

Nos ha dado un pequeño descanso, así que decidimos ir todos juntos a comer algo.

Mis compañeras no han parado de hacer comentarios sobre él, de lo bueno que está, de lo ojos que tiene, de ese cuerpo perfecto, y de lo caliente que tiene que ser en la cama.

Algo dentro de mi se remueve, "¿celos?, no, no puedo celar a mi jefe", me niego mentalmente.

Sería una locura que sintiera algo por él cuando estoy intentando olvidar a Mack.

—Sorcha, ¿podemos hacerte una pregunta? —comenta una de ellas.

La verdad es que son todas muy guapas y jóvenes como yo, y eso hace que mi mente siga trabajando.

Que siga torturando a mi corazón.

—Dime, ¿qué es lo quieres saber?  —pregunto algo distraída por mis malos pensamientos.

—¿Sabes si el señor Kellan está casado?, no lleva alianza en su dedo, y como lo conoces mejor que nosotras. ¡Oh Dios, está muy bueno y todas nos hacemos la misma pregunta! Qué mejor que tú para decirnos, ¿no crees?

No esperaba esa pregunta, creía que iba a ser sobre el trabajo, mi contestación es corta y rápida.

—No, no lo está, y no es señor Kellan, es señor Kellan Nort, no olvides nunca ese detalle, es nuestro jefe, ¿lo entiendes?

—¿Pero tiene novia?, ¿sabes si es gay? —insiste ella, sin darse cuenta de mi mal humor.

—No, y no conozco nada de su vida privada, tampoco creo que esa pregunta sea sobre trabajo, no olvides que trabajamos para él.

Mi tono esta vez ha sido bastante seco, no sé que me pasa.

Sus preguntas me están incomodando bastante, no tengo nada con Kellan, y tampoco sé por qué me pongo así.

Entre Luces y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora