—Hola, hermanita. ¡Vaya!, podría decir que no has tenido una buena noche con esa cara de panda que traes.
Dios, está bien y mi corazón ha dejado de latir cuando la he abrazado.
—No puedo decir lo mismo de tu cara, estás espectacular. ¿Todo bien?
—¿Tú que crees?, anoche fui al cielo... y hoy tengo cara de ángel, ha sido maravilloso.
—No empieces, ya te veo venir, y no quiero saber nada de lo que hayas hecho.
Mi hermana está reluciente, se la ve feliz, sus ojos lo dicen todo, respiro hondo y me quedo más tranquila.
Declan no le ha hecho daño como me prometió Alma.
¿Será verdad que la quiere?, ¿pero qué coño digo?, no la conoce de nada. ¿Cómo te puede querer alguien en dos días?
—Tierra llamando a Sorcha. ¿Te has quedado en alguna parte de tus sueños?
—Perdona, ¿qué me preguntabas?
—¿A qué hora tienes el lunes la entrevista?
Con todo lo que pasó anoche, había olvidado que el lunes tenía la entrevista, es en un hotel de recepcionista.
Rellené una solicitud por Internet antes de venir, buscaban personal y me aceptaron para hacerme la entrevista.
—Tengo que estar allí sobre las 8:00 de la mañana, espero que todo salga bien y me acepten, necesito trabajar —admito pensativa, ahora no sé si es buena idea trabajar sabiendo lo que nos rodea.
—No tenemos que trabajar y lo sabes, ella nos dejó lo suficiente para vivir bien, pero si eso es lo que quieres... lo harás bien, te cogerán. Tienes don de gente, sabes idiomas y eres muy guapa, no te preocupes por esa entrevista, el puesto será tuyo. Puedo acompañarte si te apetece, te elegiré la ropa y te maquillaré, estarás preciosa.
En estos momentos lo que menos me preocupa es la entrevista, si ella supiera todo lo que está pasando.
—Está bien, dejaré que me pongas guapa, luego podríamos hacer algo, visitar algún museo si quieres.
—Ya veremos, ahora voy a dormir un poco, estoy agotada. ¿Te importa si me acuesto un rato?
—No, ve y descansa, no sé que querrá hacer hoy Alma, mejor recarga energías —advierto desganada.
—¿Qué piensas hacer?, no tienes buena cara. Te vendría bien que descansaras, pandita, apenas duermes desde que abuela enfermó. No descansas lo suficiente y eso me preocupa mucho.
—Estoy bien, no me apetece dormir, no te preocupes, voy a ducharme. Saldré un rato y así veré dónde queda realmente el Hotel. No quiero llegar tarde a la entrevista.
—Vale, pues pásalo bien en tu nueva excursión, pero voy a darte un pequeño consejo, llévate un abrigo, hoy hace frío y seguramente llueva, así que llévate también un paraguas.
ESTÁS LEYENDO
Entre Luces y Tinieblas
FantasyLa vida de las hermanas Ryan toman un giro drástico luego de que su único familiar vivo fallece, tomando así la decisión de comenzar de cero acompañadas de su última esperanza. Emprenden un viaje hacia Londres para vivir con Alma, la cual es amiga d...