Capítulo 19

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Quiero dedicar este capítulo a la loba hermosa y Blanca como la nieve @Colmillo04. Espero que te guste la sorpresa ❤❤❤

—¿A dónde vamos ? —le pregunto llena de dudas.

—¿Impaciente?, relájate, disfruta de la naturaleza y de las vistas —contesta con una sonrisa.

Vamos haciendo el recorrido en su coche todo terreno negro.

Por los altavoces se escucha la canción de Lenny Kravitz, Low.

—¿Otra sorpresa señor Nort? —añado impaciente.

—No, hoy no pretendo eso, pero me alegro que te hayan gustado las de anoche —contesta mientras me guiña uno de sus hermosos ojos.

Noto un poco de tensión en su voz, ya no está tan relajado como estábamos en su habitación.

—¿De verdad qué estás bien? —insisto.

—Si tranquila, estaré mejor cuando lleguemos.

Hemos salido de la ciudad hace más de una hora, el paisaje que nos acompaña es hermoso, y es que Escocia tiene belleza allá dónde mires.

Estamos rodeados de enormes montañas, hay mucha vegetación, todo es extremadamente verde.

A lo lejos puedo divisar como pastan tranquilamente un pequeño grupo de ovejas.

Las nubes nos siguen durante todo el trayecto, llueve, pero es una lluvia suave y muy fina.

Todo es perfecto a su lado, me agrada mucho su compañía, pero ha estado más callado de lo normal, y eso no me gusta mucho.

Hemos entrado por un camino de tierra, no hay nadie por esta zona, solo estamos Kellan y yo.

No sé hacia dónde nos dirigimos, todo es nuevo para mi.

—Hemos llegado —afirma, quitándose el cinturón de seguridad.

—¿Qué necesitas enseñarme?, estás muy callado, apenas me has hablado en todo el camino —le pregunto preocupada.

—Ahora lo sabrás, necesito ser sincero contigo. Quiero serlo, no quiero mentiras ni secretos entre los dos, nada de barreras entre nosotros. ¿Confías en mi? —me pregunta cogiendo mis manos.

—Si, claro qué confío en ti —respondo mirándolo a los ojos.

—Bien, porque no hay vuelta atrás, desde que crucemos este bosque, sé que las cosas cambiaran entre los dos. Quiero que sepas quién soy y a dónde pertenezco —confiesa algo nervioso.

—Sé lo qué eres, no tienes que demostrarme nada —admito para que esté tranquilo.

—No, no lo sabes... no sabes realmente lo que soy, y por eso tengo que demostrártelo. No me temas, nunca podría hacerte daño. Dame tu mano y cierra los ojos, te guiaré parte del camino.

Obedezco y hago lo que me dice, cierro los ojos mientras agarro su mano bien fuerte, puedo confiar en él, sé que no me hará daño.

Está caliente, y al instante todo mi cuerpo se llena de ese calor que se ha hecho tan familiar.

Es muy reconfortante, y la tranquilad se instala lentamente dentro de mi.

Siento como nos adentramos poco a poco en lo más profundo del bosque.

Entre Luces y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora