- ¿Por qué me enseñas esto? -Dije mientras leía atentamente el artículo.
Hablaba de mí y de mi desaparición, mencionaban lo preocupada que estaba mi familia y lo mucho que trabajaba el departamento de Policía en mi caso. De momento, la única pista que tenían era mi teléfono móvil y mis gafas rotas abandonadas en la calle justo frente a mi casa. Aparecía mi nombre en el articulo, por supuesto, de ahí lo había sacado él.
-Para ver tu reacción... Deberías comer.
Había dejado una bandeja en el suelo a mi lado. Tenía verduras cocidas, pan y agua. Desde luego, vitamina no iba a faltarme.
-Pues espero que haya satisfecho tu curiosidad.
-Para nada -dijo negando con la cabeza-. Ni una sola lágrima. Ni un mínimo cambio en tu expresión. De verdad... ¿No te arrepientes?
- ¿Debería?
Cogí con la mano un trozo de verdura y empecé a comer mientras el me soltaba su perorata. Solo notaba que estaba fría y pastosa.
-Realmente estabas muy desesperada, para haber acabado aquí, de esta manera.
- ¿En serio? ¿Cómo lo has adivinado?
-He visto tus cicatrices.
Me pilló desprevenida. Claro, si yo llevaba más de un día inconsciente él habría tenido tiempo de... ¿pero las habría visto todas? Me limité a guardar el silencio, había evitado pensar en qué había pasado mientras estaba inconsciente. Pero esas dudas invadieron mis pensamientos de repente; cuánto vieron, qué tocaron, qué pudieron hacer... No había sentido nada diferente en mi al despertar.
Bueno, no tenía importancia. O eso me decía a mi misma, porque de todas formas iba a morir pronto.
-Estás peor de la cabeza de lo que me esperaba. ¿Qué eres, suicida o algo así?
Dejé escapar un largo suspiro, no tenía ganas de seguir con esa conversación. Pero no es como si tuviese otro remedio.
-Al menos ya lo tengo asimilado -dije-. En cualquier caso ¿por qué tanto interés?
-Nunca me había pasado ¿sabes? Eres muy rara.
-Gracias. ¿A todas tus víctimas las entrevistas antes de matarlas o algo así? -dije con sarcasmo.
Hizo una mueca con la que dejó entrever toda la soberbia de una vez. Por supuesto, en su escala yo no era más que un simple bicho molesto que muy pronto iba a aplastar, se creía y estaba muy por encima de mi y mis comentarios.
-No creo que ninguna hubiera tenido nada interesante que añadir.
- ¿Te parezco interesante?
-Eres un espécimen excepcional.
A mi me sonaban palabras muy forzadas para deshumanizarme, pero intuía que él debía estar acostumbrado a hablar así normalmente.
- ¿No te has parado a pensarlo? Todas las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida, te han traído hasta aquí, a morir y probablemente lenta y dolorosamente... Desde la primera hasta la última, aunque con distinto peso. Seguro podrías haber hecho muchas cosas de otra manera, para evitarlo.
-Me da igual.
-Pudiste haber escapado. Lo que hiciste fue muy estúpido, por desesperada que estés. Habría sido más rápido si te hubieras tirado a las vías del tren o algo por el estilo.
Me recluí en mi silencio. Tuve el impulso de escapar, sí, pero no lo hice porque no quería. Lo único que quería era que alguien me matase, que no fuese culpa mía. Pero estaba llevando mucho más tiempo del esperado y al final... Sí que era culpa mía.
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Secuestrada (Indefensión Aprendida)
Mistério / Suspense"Todas las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida, te han traído hasta aquí. ¿No te arrepientes de nada? " "Realmente... me da igual". Una chica es asaltada y a pesar de sus conocimientos de defensa personal, decide ignorar el instinto de s...