57- La cafetería del hotel

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Volví a tener la misma sensación que aquella noche en el hospital... Aunque no puedo recordar que estaba soñando, notaba mi cuerpo más pesado de lo normal, como si se hundiera lentamente en la tierra, hasta que ya no podía respirar...

Entonces desperté de golpe sobresaltada, para darme cuenta de que no había nada de que asustarse. Por suerte, esa vez no había aparecido en un sitio distinto, como el suelo, seguía en la cama. Pero tenía frío. Así que agarré la manta como pude para taparme mejor y me di la vuelta dispuesta a seguir durmiendo, porque todavía me moría de sueño. Aproveché todo el espacio vacío en la cama para estirarme y acomodarme tan bien cómo podía.

Pero luego recordé que se suponía que no estaba sola... Así que me levanté, todavía confusa y soñolienta, mirando a mi alrededor sin quitarme la manta.

Me froté los ojos para intentar despejarme un poco. Observé que la cortina de movía, la puerta del balcón estaba ligeramente abierta y entraba luz del exterior, lo que explicaba el frío.

Me acerqué a la puerta del balcón, pero no llegué a salir.

-Hola -dije, en voz baja.

Ángel estaba sentado en el suelo del balcón, apoyado contra uno de los cristales. Me miró y me saludó de vuelta levantando ligeramente una mano. En la otra tenía un cigarro encendido.

Noté que se había cambiado de ropa, además llevaba puesta la chaqueta. Me miró de arriba abajo, como si estuviese buscando algo en mi. Exhaló el humo y desvió la mirada hacia la ciudad.

- ¿Dormiste bien? -preguntó él.

-Más o menos...

- ¿Por qué no sales? Las vistas son impresionantes desde aquí arriba.

Hablaba normal, parecía cuerdo. Con suerte ya se le había pasado la tontería de la noche anterior.

-No gracias. Estoy bien aquí -me envolví mejor con la manta.

-Vamos, no hace tantísimo frío -insistió.

-No, si no es por el frío...

Me miró de arriba abajo incrédulo.

- ¿No irás a decirme que le tienes miedo a las alturas o algo así?

-Algo así...

Me senté en el suelo de la habitación, junto a la puerta abierta del balcón.

-Creo recordar que saltaste por una ventana... Dos veces.

-Era un primer piso -me defendí-. Es diferente.

Ambos nos quedamos callados durante un par de minutos, hasta que un trueno retumbó en la distancia.

-Parece que va a llover -comentó Ángel apurando su cigarro.

A pesar de que había muchas nubes oscuras encima de nosotros, todavía se podía ver el sol deslumbrante más adelante sobre los edificios.

- ¿Ya no nevará?

-Aquí la nieve no dura mucho... en cualquier caso, estaba deseando que despertaras.

- ¿Y eso?

-Necesito un café.

- ¿Y no podías ir a buscartelo mientras dormía o qué?

- ¿No quieres desayunar? Aunque son las once, claro, un poco tarde para desayunar... -se puso en pie después de mirar la hora en su reloj.

Yo también me levanté cuando Ángel entró de nuevo en la habitación y cerré la puerta del balcón.

-Pero... Lo bueno es que a esta hora la cafetería estará despejada.

Secuestrada (Indefensión Aprendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora