No tengo remordimientos porque consigo convencerme a mi misma de que no podía haberlo evitado. Claro que podría haberlo hecho... tenía las capacidades para hacerlo. Pero ignoré todas las oportunidades que se me habían presentado.
Aunque de haberlo hecho, en algún momento, hubiera corrido el riesgo de volver a mi vida normal. O lo que es peor, seguir viviendo en una mentira.
Por desgracia, la verdad me golpeó en la cara aquella noche cuando transpasé la puerta y vi a mi padre. Quise creer que se trataba de un error. ¡Miopía! Puede ser que mi vista me engañara, como siempre. Pero por desgracia, no podia evitar reconocer a la persona que más quería en el mundo. Además... él dijo mi nombre.Quise creer que todo estaba calculado. Todo formaba parte de un plan de la Policía para encontrarme. Parecía creíble, él hubiera hecho eso por mi, o al menos quería creer que durante esos días estuvo removiendo cielo y tierra para dar conmigo. Terrible fue descubrir que había estado ocupado en otros asuntos.
Quise creer que no era cierto. Pero lo era. Me reconoció. Dijo mi nombre... Estaba sorprendido de verme allí. Nada de eso estaba planeado, no esperaba que fuera yo. Ni siquiera una vestido, sólo llevaba un albornoz blanco dentro de la habitación...
Y cada vez que pensaba en ello, en ese momento y cómo pudo terminar, tenía ganas de vomitar. Una sola imagen había conseguido ensombrece por completo a todas las demás. Ahora todos los recuerdos que tenía parecían falsos.
Y pensar que todo ese tiempo, mi padre me enseñó a defenderme de personas... como él.Tal vez Seth me había hecho un favor al fin y al cabo. Aunque no es que fuera a agradecérselo. El hecho de que lo hubiera matado... era tan bueno como malo.
Seth entró por la puerta justo en el momento en el que yo pasaba la página de una libreta. Eran apuntes de lengua, análisis morfosintáctico. "Mi padre le regala flores a mi madre todos los domingos". Una oración correctamente analizada. Me sorprendía el hecho de que con sólo leer eso fuese capaz de divagar tanto. Tan sólo había abierto la libreta por curiosidad, había decenas, de muchos cursos. La chica que vivía allí almacenaba todo... Esperaba encontrar algo interesante pero de momento sólo había deberes.
Guiandome por los libros de clase, los más avanzados, hubiera dicho que tenía una edad muy parecida a la mía, tal vez un año o dos menos. Pero la fecha de las libretas más recientes... Eran de varios años atrás.
Fuera quien fuera, hacía mucho tiempo que no pasaba por allí.
- ¿Tienes hambre? -dijo Seth.
Me encontraba de espaldas a la puerta en ese momento, ojeando la libreta de rodillas junto a un cajón abierto. No me giré para contestarle.
Escuché cómo se acercaba a mi y se inclinaba para ver lo que hacía, sólo suspiró.
-Intenta no romper nada.
Teniendo en cuenta que no encontré nada afilado en esa habitación... de poco servía la advertencia. Parecía haberse llevado cualquier tijera o cúter que pudiese haber en los estuches o portalapices. Y si eso no era exagerado, ni siquiera encontré un sacapuntas, lo tenía todo bajo control...
La página que estaba mirando tenía un precioso garabato entre los ejercicios. Un dibujo a boli, de ejecución rápida, pero que se veía más bonito que cualquier cosa que yo pudiese intentar dibujar.
- ¿Sigues sin hablarme?
Pasé otra página... y algunas más. No me detuve a ver todos los ejercicios, sólo ojeé el contenido general de la libreta.
-Muy bien, sigue haciéndote la sorda...
Se marchó al fin, indignado supongo. Yo, mientras tanto, seguí investigando los misterios de esa habitación.
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Secuestrada (Indefensión Aprendida)
Mistério / Suspense"Todas las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida, te han traído hasta aquí. ¿No te arrepientes de nada? " "Realmente... me da igual". Una chica es asaltada y a pesar de sus conocimientos de defensa personal, decide ignorar el instinto de s...