Secuestrada (Indefensión Aprendida)

65-Euforia

Dejé el teléfono encendido, decidido a contestar la llamada la próxima vez que Lèksey llamase, sin excusas. Porque si seguía aplazando el problema, nunca nos desharíamos de él...

Además tuve la certeza de que era el momento de dejar de aplazarlo cuando la lluvia paró por completo dos días después de hacerle el tatuaje...

Había salido para revisar y reparar los daños, ya que la rama de uno de los árboles había caído sobre los cables la noche de antes y se había ido la luz. Por suerte fue fácil de solucionar.

Lo que no me esperaba era que la vecina me asaltase desde el otro lado de la valla para hablar conmigo. No me agradaba especialmente hablar con los vecinos, pero esa vez mereció la pena...

Cuando volví a subir Sam estaba en la cocina leyendo un libro cerca de la ventana, no se inmutó cuando entré, así que encendí las luces del comedor y entonces levantó la cabeza.

-Oh, lo arreglaste...

- ¿No confiabas en mi?

-No sabía que también fueses electricista.

- ¿Lo ves? Todavía puedo sorprenderte.
Volvió a meter la cabeza en el libro y centrarse en él. Ya que no había conseguido obtener su total atención todavía, me acerqué a la mesa de la cocina y me incliné sobre ella.

Siguió leyendo y yo vi de reojo algunas palabras del libro que no llamaron mucho mi atención.

-Olivia te manda saludos, por cierto.

- ¿Ah si?

-Sí. Me ha hablado de ese exnovio tuyo, el acosador...

Cuando dije aquello, Sam estaba a punto de pasar una página, pero en lugar de eso cerró el libro y levantó la cabeza de repente con una sonrisa incómoda.

-No me mires así. Tenía que inventarme algo, creíble y que no involucrarse secuestro y asesinato.

-No, si me parece correcto. Pero la próxima vez hazme cómplice de esas mentiras, porque me he pasado toda la conversación intentando averiguar de qué diablos me hablaba.

- ¿Y qué dijo? ¿Vio algo?

-No. Pero le contaron que alguien dijo que otra persona vio... Bueno no se quién dijo que, pero resulta que hace unos días vieron a un tipo muy extraño y sospechoso rondando la calle. No parecía del barrio.

- ¿Crees que era él?

-Según me dijo, era un coche muy estridente... estoy seguro de que era él. Fue hace tres días, por la tarde.

Se quedó unos instantes mirando a la nada, murmurando.

-Lo recuerdo... Escuché un ruido, pero pensé que habías sido tú...

- ¿Lo escuchaste?

-En la puerta, estoy segura. ¿Cómo crees que ha llegado hasta aquí?

-No lo sé, puede ser que sea sólo casualidad. Han pasado tres días y no ha vuelto.

-Pero...

Empezaba a notar un tono de miedo en su voz, era extraño teniendo en cuenta que hasta entonces nunca pareció tenerle miedo a nada, si no una gran indiferencia hacia todo.

-Tranquila, no hay forma de que sepa que estás aquí. Ni  siquiera sabe que yo estoy aquí.

En todos esos años, siempre me aseguré de que nadie pudiese encontrarme ni supieran donde vivía. Lèksey, pese a ser mi amigo más cercano, tampoco lo sabía.

-Y sin embargo ha venido.

-Ni siquiera sabe mi nombre. Y cree que vivo a kilómetros de aquí.