Capítulo X

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En el elegante salón personal adyacente a sus aposentos, el despreocupado SeokJin no se inmutaba por esa inminente boda a la que asistiría.

Se encontraba, aún en su ropa de dormir, comiendo una rica banana mientras que leía una revista sentado en el diván.

Éste, como todos los muebles de la sala, eran de un lampás de color azul perlado.

—¡Cómo amo esta revista!— sus orbes avellanas brillaron con aquellos artículos acerca de chismes de la farándula e intimidades de los idols.

No pasaba una semana sin la revista en sus manos desde su infancia en Danbi.

—Ese chico V de BTS es todo un bombón.... pero que ni se te ocurra decírselo al barón—advirtió a Nayeon, que recién entraba cargando un atuendo para la boda, un chaqué, dado que sería un evento de día.

Soltó una pequeña risita antes de dar otro gran mordisco a la banana en su mano.

—Creo que Milord no debería estar leyendo, sino...— por un buena hora, Nayeon no había cesado de insistirle a su señor la importancia de vestirse con tiempo para la boda.

Pero, sin resultados.

—¡Es que no solo son chismes, también hay datos históricos al azar!— exclamó Jin como si eso fuese a hacer cambiar de parecer a su doncella —Debe ser la nueva editorial que ya compró la revista.

Nayeon blanqueó los ojos, con frustración soltando todas las prendas que traía consigo.

—¿Para qué me molesto?— se preguntó a sí misma, antes de tomar asiento en una bergère.

Suponía que Lord Kim quería leerle lo que él mismo recién había leído. Y suponía bien.

Poco parecía importarle a ese castaño aristócrata que dicha boda -- en la que tendría que estar presente acompañando a su primo Heechul como su heredero -- sería la de alguien de parentezco distante, pero parentezco al fin.

SeokJin se aclaró la garganta, antes de comenzar su lectura.

—La Consorte Hui* logró usar su gran belleza para ascender de simple dama de compañía a la concubina del rey, aunque la belleza del cuerpo no significa la belleza del alma...

El interior del Palacio Park se había engalanado para cierta ceremonia de boda que Jimin había insistido sucediera allí mismo, gracias a esa "buena voluntad" suya.

Baekhyun, el reticente novio, se encontraba sentado al lado de Jisoo, su novia, ataviada de blanco con el velo que cubría parcialmente su rostro.

Sentados con el Juez de Paz, la boda parecía un espectáculo a la vista de los invitados.

—Byun Baekhyun ¿aceptas de libre y espontánea voluntad a Kim Jisoo como tu esposa?

Sentado en silencio a un lado de su primo, Jin se volteó a la fila de atrás para poder ver el rostro de su enamorado.

Taehyung lo observó con sus penetrantes orbes oscuras y, por un momento, todo a sus alrededores se esfumó.

Pero, ambos tenían en mente la misma cosa con la boda de trasfondo. Su destino juntos.

—... por el poder conferido en mi por autoridad real, declaro a ambos legalmente casados...

Firmaron el acta, seguidos de sus respectivos testigos.

—La Consorte Hui eliminó de la corte a todos sus oponentes, incluso a la Reina Inhyeon*, al establecerse como reina...

—Puede besar a la novia— el juez sonrió hacia ambos, con completa ignorancia de todo lo que esa boda escondía.

El Affair | TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora