Capítulo XIV

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El brillante sol de la mañana iluminaba el Palacio Kim de una forma esplendorosa que para nada reflejaba el estado de la relación entre aquellos que moraban dentro.

Con las palabras del conde en su mente aún, SeokJin caminó fuera de sus aposentos para ir hacia el desayunador.

Odiaba tener que enfrentarse al hombre que bien podía ser el amor de su vida, pero algo que también odiaba era que éste lo tratase de esa forma.

—Lord Kim— se sorprendió bastante al oír la grave voz de Taehyung tan cerca, pero no perdió la compostura.

Taehyung, también, se había debatido si seguir o no aquel consejo de la indiferencia.

Pero, su razonamiento era el mismo que la noche anterior. Si esa indiferencia servía para aplacar la tensión, que así sea.

—Buen día... aunque veo que no tuvo una buena noche— lo inspeccionó el castaño, con el sarcasmo a flor de piel.

—¿Usted cree?— preguntó el contrario, una ceja enarcada ante el repentino cambio de actitud del mayor.

SeokJin asintió.

—Luce como si una pesadilla lo hubiese desvelado— habló con un tono intrigante el más bajo, apoyando su cabeza en su mano mientras lo miraba.

Se mordió la lengua. Odiaba usar ese tono sarcástico con Taehyung... pero no le había dejado otra opción.

—Pienso que los fantasmas en su mente lo carcomen. Y más, si sigue buscando nuevos— le aseguró, presionando su dedo contra el pecho del contrario antes de marcharse.

Taehyung, algo fastidiado, se preguntó qué diantres había ocurrido con el dulce lord.

Pero, pensaba averiguarlo ya acabado el desayuno.

Sentados en la mesa principal del bonito salón desayunador, la tensión era palpable aún.

SeokJin se encargaba de untar mermelada sobre unos scons, mientras tarareaba ameno.

Taehyung estaba centrado en hundir su cuchara en la tarta de fresas para separar dichas frutas de la crema.

Heechul, taza de té en mano, miraba atentamente como se daba la tensión en la mesa. Y Kyuhyun también lo notaba.

—Eh, Jin...— llamó el mayor de los tres, alertando al lindo castaño de ahora fría mirada.

—¿Si, primo?— preguntó con cortesía y una sonrisa.

—¿No preferirías comer algo más dulce? ¿Como la tarta de fresas que tanto te gusta?— preguntó el azabache, con un brillo esperanzado en sus ojos

Pensaba que, quizás, podrían reconciliarse usando aquella tarta de fresas como excusa.

Porque, después de todo, ese amor por las fresas solo había surgido gracias a la influencia de Taehyung en su dieta.

—No, te agradezco, primo—
con la misma sonrisa, desvió la mirada hacia su scon —Me dí cuenta que es mejor ser fiel a uno mismo, a sus gustos, así que... no quiero ver una fresa más en toda mi vida.

Heechul reprimió esas ganas de suspirar, sería impropio, y continuó bebiendo su té.

¡Si que era orgulloso!

—Las fresas me parecen muy empalagosas— continuó, pues no parecía querer acabar con el tema —En cambio, Sir Jeon me ha obsequiado una suerte de pan relleno de anko*.

Taehyung apretó su agarre en la cuchara que usaba para las fresas de la tarta ¿cómo osaba ese maldito a enviarle dulces a su chico, su bebé?

El Affair | TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora