Los nubarrones de tormenta se cernían sobre la residencia del Marqués Kim, augurando el comienzo de la temporada de monzones veraniegos.
Mientras tanto, dentro de esa palaciega mansión, rugía otra tormenta. Y ciertamente esta era una mucho más dañina.
Por los pasillos, las doncellas murmuraban, algunas menos discretas que otras, sobre este gran escándalo que se había gestado entre esas decoradas paredes del Palacio Kim.
Nayeon, cautelosa, entró a los aposentos de su señor cuando la mañana había llegado, aun si estuviese oculta por dichos nubarrones oscuros.
La doncella sentía que todo lo que estaba ocurriendo era su culpa. Y la de nadie más.
—Milord— exclamó al entrar, sorprendida al verlo sentado en su cama, luciendo cansado, con sus tristes ojos colorados.
SeokJin ni siquiera se inmutó ante la presencia de Nayeon, permaneciendo enredado en las sábanas de seda de esa elegante cama polonesa.
—¿Qué sucede ahí afuera?— con una voz apagada, casi en un susurro, preguntó.
Ella no estaba preparada para revelar que todo el personal y posiblemente los medios, se habían enterado acerca de su relación con el barón. Y sobre su anterior compromiso.
Por ende, decidió sonreírle de manera forzada para intentar ahorrarle el mal momento.
—Nada, Milord— mintió, con una sonrisa asistiendo a dicho castaño para levantarse de su cama, en donde no había sido capaz de dormir.
Nayeon se apresuró a cubrirlo con una bata de seda antes de encaminarlo hacia el tocador, para refrescarse.
—¿Tu sabías?— preguntó tras un largo silencio, mientras se concentraba en el agua que caía del grifo.
Nayeon se sorprendió por eso, así como la manera en que se lo preguntó. Lord Kim sonaba como si estuviese muerto.
Y, de hecho, lo estaba. Estaba muerto por dentro desde que aquella cruel verdad le había sido revelada horas atrás.
Aun no podía procesarlo.
—¿Tu sabías que el barón ya estaba comprometido?— con un hilo de voz, le repitió.
Nayeon, en realidad, se había enterado hacía poco acerca de ese antiguo compromiso. Pero lo había sabido desde antes y eso, tampoco se lo diría.
—Milord, ¿cómo podría?—
la doncella castaña respondió, con una suave vocecita.Nayeon se retorcía dentro de si, su propio remordimiento calaba hondo en la castaña y se sentía aun peor mientras secaba suavemente el rostro húmedo de Jin.
—Y si hubiese sabido, habría hecho todo lo posible por que no saliese lastimado— repuso la doncella, una mueca algo parecida a una sonrisa estaba plasmada en su rostro.
Jin observó por un momento a la muchacha en silencio. Y, fuera por el cansansio o solo por su bondad, Jin le creyó.
—Muchas gracias— le sonrió débilmente, entristecido, a la arrepentida doncella.
Nayeon no podía observarlo a sus ensombrecidos ojos, así que se marchó a prepararle el baño apresurada.
Pretendía ahogar todos sus pensamientos en esa bañera, pero Jin no encontró ningun atisbo de mentira en ella.
Confiaba ciegamente.
—Realmente, eres una buena amiga y una en las pocas que puedo confiar aquí— afirmó el castaño, mientras que ella ayudaba a quitarse la bata.
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El Affair | TaeJin
FanfictionUn perverso juego armado por un conde, tan seductor como malicioso, para ver quién podrá romper el celibato del hermoso primo de un marqués. Parejas Principales: ▪TaeJin ▪KookJin Nota: historia resubida... no se que significa eso, pero es de mi auto...