Capítulo XI

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Para sorpresa de muchos que podrían haber pensado todo lo contrario, SeokJin se había pasado una buena parte de la velada con Sir Jeon.

Sobre todo, a un Heechul que, acompañado de su amiga, los observaba desde el otro lado del lujoso gran salón.

—Nunca supe que su primo era tan cercano con Sir Jeon, marqués— comentó con gran tacto Lady Yerin a su amigo.

—Yo menos, querida, si he de serte sincero— de igual forma respondió Heechul, mientras que los observaban sentados en un canapé de damasco.

—De todos modos, lucen más cercanos de lo que se miraba con el Barón Kim— recalcó la despreocupada castaña.

El mismo Barón Kim que, por horas, había observado dicha interacción, claro, consumido por los celos en silencio.

—Su Señoría, una nota— con solemnidad, Seulgi presentó dicho papel doblado.

Taehyung le agradeció antes de leer la misteriosa nota:

En media hora, encuéntreme en el salón meridional.

~SeokJin

—Espere un segundo... debía haber un pliegue aquí— con voz entrecortada, le aseguró Jungkook al manipular, con dificultad, un papel.

El mayor lo observaba con la sonrisa tierna en el rostro, no una ternura hacia Jungkook como hombre, sino como un menor... ¿verdad?

—Parece que no le sale tan fácil como aseguró— con una sonrisa burlona, le comentó el de cabello castaño.

Jungkook estaba intentando mostrarle como podía hacer una rosa de origami, pero la "hermosa rosa" lucía mucho más como... una bola hecha con papel cosmético.

—Me gustaría ver que la rosa luciera como tal y no como un bollo de papel ¿puede ser?— Jin pidió con una sonrisa leve, a lo que el menor respondió con otra de mayor intensidad.

SeokJin se sentía ruborizar al ver aquella sonrisa, mientras Jungkook se extrañó con esa sensación cálida que recorría su cuerpo con solo mirarlo.

—¿Y mi rosa?— le preguntó con un adorable mohín que fue seguido por una sonrisa.

En pocos segundos, Jungkook tenía entre sus dedos aquella delicada rosa de origami en el perlado papel cosmético.

—¡Es hermosa!

Jungkook posó delicadamente la rosa en las manos del lord, antes de mirarlo directo a los ojos color avellana.

—Quizás no sea tan hermosa como usted, Milord, pero me temo que no hay nada en este mundo que se le compare— lo alabó el caballero con un leve atizbo de rubor.

—Puede que esa "amistad" se transforme en algo más— con una ceja enarcada, expresó la castaña Yerin sin recato.

Heechul observó con atención la interacción de su primo y el caballero de menor edad.

—Dudo mucho que mi primo abandone tan rápido el amor que tiene por el barón— con seguridad en sus palabras, el marqués recalcó.

—¡Eso mismo pensaba de mi hermano con el marqués!— se encogió de hombros.

Lady Yerin, entonces, se puso a mirar de un lado al otro del salón y Heechul la observaba.

—¿Qué sucede, Milady?— le preguntó el marqués.

—No encuentro por ningún lugar a mi hermano.

Mientras tanto, en ese pasillo algo recluído tras las cortinas de brocado azul, con paredes de paneles blancos adornados con molduras doradas, había dos muchachos incapaces de soltarse del agarre del otro.

El Affair | TaeJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora