Capítulo 5

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Me senté de golpe ¿Theo no aparecía? Eso debía ser una broma de muy mal gusto ¿Dónde podía estar? Recordé que solo me bajé de su coche, pero no me aseguré de que él se fuera ¿y si lo habían raptado? ¿Se había perdido? Llegaron tantas dudas a mí. ¡Por favor Sam, a ti no te importa lo que haga o le pase a Smith! me regañé a mi misma. A pesar de todas las preguntas, me limité a ser breve en mi respuesta.

 — Papá ya tiene ¿veintiséis, veintisiete años? Debe estar con alguien por ahí —no quería parecer preocupada.

 — El hecho de que tú seas una descarriada que haga lo que se le venga en gana, no significa que todos lo sean. Theo nunca ha faltado a dormir a su casa y Gregory está preocupado.

 — Bueno, ese no es asunto mío —respondí tajante.

Colgué y sí que no era asunto mío y si no lo era ¿por qué me preocupaba? ¿por qué quería salir a buscarlo? ¿Qué pasaba conmigo?

Regresé al bar dónde habíamos estado, tal vez ahí lo podía encontrar o me daban información, pero nada, revisamos las cámaras y la última vez que se vio ahí fue cuando salió conmigo. A lo mejor estaba con la tal Nora ¿Cómo la encontraba a ella? ¡Ed! Ed tenía que saberlo. Le escribí rápidamente  

Hey.

Ese siempre era mi mensaje.

 — Nena.

Y su típica contestación.

 — ¿En dónde vive la tal Nora?

Fui directo al grano, me molestaba andar con rodeos.  

¿La NOVIA de Theo?

Rodé los ojos, sabía lo que quería hacer, que más daba eso a mí no me interesaba.

— Esa misma.

Me costó un poco que me diera la dirección, después de tanto insistir por fin accedió. Theo tenía que estar ahí si en serio esa chica era su novia, era lo más lógico.

Observaba la fachada del edificio con atención, tenía un timbre con lo que parecía ser un parlante ¡genial! Esa loca no me iba a dejar entrar, ni siquiera tenía idea de si sabía mí nombre.

Lo medité un rato y mejor me animé a ver qué pasaba. No quería que Erik o Gregory me culparan porque Smith no apareciera. Toqué el bendito timbre tres veces y no hubo respuesta, me fije que fuera el mismo apartamento que Ed me había dicho, la dirección estaba correcta, toqué una vez y una voz chillona salió por el parlante.

 — ¿Si?  

— Nora, necesito que me abras la puerta. Tengo que hablar contigo —mi tono de voz era neutral y frío.

— ¿Quién eres? —inquirió.

No sabía si era bueno decírselo o siquiera me recordaba.

 — Sam.

Hubo un silencio corto del otro lado y finalmente la puerta se abrió. Subí hasta el apartamento de Nora y toqué la puerta.

 — Pasa, está abierto.

Fue la respuesta que obtuve, tenía cierta duda y temor de lo que podía ocurrir ahí dentro, pues conocía que no le agradaba. Espere un par de segundos para entrar.

— ¿Por qué estás aquí? —soltó de repente. Vaya, ni siquiera un "toma asiento" "¿te ofrezco algo?" Que falta de modales, pensé. A decir verdad, no tenía por qué hacerlo yo no le caía bien a ella y el sentimiento era mutuo.

— Vine por Theo —dije sin mas. Si ella quería jugar a la grosera, le podía enseñar quien era más grosera Me miro extrañada.

 — ¿Theo? —suspiró— ¿Sales con él?

A Través De La Ceniza (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora