Capítulo 28

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Mis ojos no pudieron evitar soltar unas lágrimas de felicidad, en mi mente ya era una señal de que todo había acabado.

Después de que me quitara a ese tipo de encima, Ed se acercó para asegurarse de que estuviera bien.

-¿Te hizo algo? ¿Estás bien? -la preocupación era todo lo que existía en sus ojos.

Negué frenéticamente, no podía creer que estuviera ahí.

-¿El jefe de Nora es tu padre ?

No era muy necesario que confirmara mis sospechas. La información que me dio Theo, lo que hablé con él y lo que estaba pasando encajaba muy bien.

-Entre menos sepas es mejor Sam.

Asentí nerviosa. Mi Sistema no terminaba de procesar lo que pasaba.

-Calmate -tomo mi rostro entre sus manos-. Necesito que me escuches.

Volví a asentir de nuevo, solo quería irme de una vez por todas, pero, tenerlo ahí conmigo me hacía sentir segura.

-No puedo llevarte conmigo. No puedo sacarte como si nada por la puerta -trago en seco-. Eso nos pondría en peligro.

La desesperación me invadió y comencé a gritar llena de miedo. Las lágrimas brotaban como una cascada en mi rostro.

-¡Cálmate! ¡Cálmate!

Respire y respire hasta que mi cuerpo dejo de temblar.

-¿Hace cuánto estás aquí?

-No sé.

Realmente no sabía si solo llevaba un par de días o realmente cuanto tiempo había pasado. No podía recordar, no sabía si cuando desperté fue inmediatamente de que me trajeron de la casa o cuanto tiempo transcurrió.

Ed inspeccionó todo el lugar y con un ademán me indicó que guardara silencio, se encaminó a la puerta y luego de un instante volvió a mí.

-Necesito saber si aquí hay alguien en quien puedas confiar -susurraba como si alguien nos escuchara.

Sorbí por la nariz.

-Si, si en Édison.

Edward me devolvió la mirada confundido.

-¿segura?

Solamente pude indicar que si con la cabeza.

-Bien, bien -dio un vistazo a toda la habitación-. Voy a volver con la solución, pero ni siquiera menciones que me conoces.

-No, no lo haré -susurré.

-Debo irme.

Se acercó rápidamente me estrecho contra su pecho y dejó un leve beso en mi rostro. Lo vi dar la vuelta deseando que me llevará con él.

-¡Alto! -grité olvidando que representaba un peligro para los dos-. Nora es la que me tiene acá, ella trabaja para tu padre -continúe bajando la voz.

Asintió como si no le sorprendiera lo que acababa de escuchar. Dio un paso adelante y se inclinó sobre mí oído.

-Lo sé, ella no sabe que soy yo -una leve suspiro salió de su boca-. Desde que supe que estaba involucrada restringí mi identidad solo para un grupo de personas.

Una parte de mi estaba tranquila, pero la otra sabía que tarde o temprano Nora se daría cuenta. Era astuta y muy inteligente, aunque estúpida en otros aspectos.

-Ella lo sabrá Ed, sabe muchas cosas de mí, cosas que nadie debería saber y ella sabrá que eres tú -mis palabras salían atropelladas por el nerviosismo-. Lo sé, puede descubrirte. No quiero que te pongas en peligro por mi culpa.

A Través De La Ceniza (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora