Capítulo 24

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La música sonaba a todo volumen. La gente bailaba, se besaba y manoseaba en la pista, mientras tanto nosotras tomábamos un trago en la barra. Ya teníamos rato en el lugar y todo lo sentía como familiar recordando viejos tiempos la mayoría vividos con Edward. Era uno de sus lugares favoritos. esa noche tenía la tonta esperanza de encontrarlo ahí.

—Todavía no puedo creer que le hayas dicho que no.

Me encogí de hombros por el comentario de Kara. Transcurrieron varios días desde su propuesta y ella no dejaba de repetir los mismo cada que podía. me estaba fastidiando.

—Ni yo me lo creo. Theo se ha esforzado mucho, ha sido tan atento contigo —Auria estaba de acuerdo con ella—. Se nota realmente enamorado de ti, es que yo nunca lo vi así.

Lo último me pareció extraño y aunque llamo mi atención, lo omití. No estaba para querer saber cosas de Smith. Mi cuerpo estaba lleno de vida, de ganas de disfrutar un logro. ¿A caso mi plan estaba completo? No, definitivamente no, todavía faltaba verlo como a Alice, frío, perdido y sin vida.

—No por eso iba a decir que si, el matrimonio es algo serio, además sólo llevamos un par de meses saliendo, no siquiera llevo la cuenta —dije. Esa noche no le iba a dar importancia a nada relacionado a él.

Pedí otra ronda de tragos y seguí bebiendo sin darle importancia a lo que las dos mujeres que me acompañaban decían. Estaba ahí para divertirme.

—No entiendo que hacemos aquí —volvió a hablar Kara está vez llevándose un trago a la boca.

Dejé mi bebida sobre la barra y tomé de la mano a ambas arrastrándolas hasta la pista.

—¡Estamos celebrando! —grité eufórica.

—Ya llevas una semana celebrando ¿No crees que deberías parar? Tu padre no está feliz —su mano envolvió mi brazo e hizo tanta presión que paró mi andar.

Francamente la actitud de Kara era desconcertante para mí. Sabía que estaba mal, que estaba teniendo problemas con mi hermano, sin embargo, su hostilidad, mal genio y lo entrometida que estaba siendo, me sacaba de mis casillas. Respire profundo varias veces, me sentía tan dichosa, tan feliz que no dejaría que nada me lo arruinara.

—Agradezco que te preocupes, pero ten claro que no tienes porque —zafe mi brazo a paso decidido continúe hasta la pista, y sin más remedio ella me siguió.

Centrándome en la felicidad que me invadía me dediqué a bailar y cantar a todo pulmón junto a mis amigas. Las bebidas, risas estaban presentes y mi ánimo estaba en aumento. Seguimos bailando y bebiendo por un buen rato. Me había soltado tanto que cuando un chico se pegó a mi para bailar no opuse resistencia y le seguí el paso como si fuéramos conocidos de toda la vida.

—Me gusta tu olor —coqueteó conmigo.

—A mí sólo me gusta divertirme lo siento —me separé de él, e inmediatamente me tomó por el brazo.

—No me has dicho ni tu nombre.

—¿Tengo que hacerlo? —solté a reírme alejándome.

—Soy Evan —gritó sobre la música.

Giré mi cabeza para guiñarle un ojo.

—Seguiré acá por si quieres bailar —alcancé escuchar mientras avanzaba para reunirme con las chicas que habían regresado a la barra.

—Tenía mucho de no divertirme tanto.

—Y yo lamento tener que interrumpir tu diversión, pero debo irme —lamentó Auria—. Tengo una cita importante y tengo que descansar un poco.

A Través De La Ceniza (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora