Capítulo 18

354 26 17
                                    

Me quedé de piedra unos minutos, no sabía qué hacer, llamar a la policía ni loca ¿Qué razón coherente para todo aquello les daba? lo único que tenia era un mural del chico del que quería vengarme y una nota de alguien que lo sabía, además no tenía idea de que consecuencias tendría eso para mí. Hice lo que mejor me pareció... busqué al portero para que revisara si en los alrededores había presencia de alguien extraño o ajeno al edificio, cuando regresó lo único que me entregó fue una sudadera negra que parecía ser de hombre, todo lo que dijo fue haberla encontrado atascada en las gradas de emergencia. Insistió un poco en que debíamos llamar a la policía, porque no teníamos idea de quién pudo entrar y todos podíamos correr peligro.

-No, eso no será necesario. Estoy segura que era mi hermano queriendo espiar a su novia. Esta es su sudadera y ellos están peleados y por eso ella vive conmigo. Puede estar tranquilo, estoy segura de que era él. -Dije tratando de evitar que hiciera la llamada.

A mi parecer fue una excusa muy pobre, pero, él pareció creérsela y me dejó solo con la advertencia de que hablara con mi hermano, porque no estaba bien lo que hizo y los vecinos se podían espantar, no si antes de que le confirmara varias veces que lo haría.

Con piernas temblorosas y la sudadera en mis brazos regresé a mi piso. No tenía idea de quién pudo haber entrado, aparentemente puso ser un hombre ¿pero quién? ¿Edward? ¿Theo? eran los únicos que se me ocurrían. Debía andarme con cuidado pudo haber sido cualquiera y eso me dejaba expuesta.

En el resto de la madrugada no pude pegar el ojo, cada que lo hacia la figura de un hombre desconocido hacia acto de presencia en mi mente y para rematar la situación estaba entrando en el peor mes del año, abril. Todos los años era lo mismo, ya hasta lo había catalogado como mi mes infernal, la cuenta hacia ese 23 de abril me atormentaba siempre que llegaba, y este año se cumplirían cinco desde la desgracia que marcó mi vida.

Por otro lado elegí no decirle nada a Cara sobre el asunto de que alguien entró al piso, no había caso en preocuparla y era mejor mantenerla al margen de todo, entre menos se acercara y supiera, mejor.

Cansada de dar vueltas en la cama, me levanté para iniciar el día, yéndome directamente a la cocina a preparar el desayuno.

- Buenos días - Una somnolienta chica con ojos hinchados iba entrando a la cocina - Oye se supone que yo me levanté para prepararte el desayuno - Dijo con el ceño fruncido, observando cómo batía la masa para los panqueques.

- No te preocupes, si quieres regresa a dormir.

- No, aunque quisiera no podría, tu hermano amenazó con venir hoy así que de eso nada. Nunca me han afectado los problemas con él para dormir, pero al estar despierta ya es otra cosa. Tu hermano puede ser alguien muy difícil.

Había olvidado que Ryan vendría y que suerte la de Cara ya quisiera yo que los problemas no me afectaran para dormir.

- Te entiendo. Se puede poner intenso en algunas ocasiones. - Murmullé, recordando todas las veces en que se puso de pesado conmigo.

Cara, nada más jadeó como respuesta.

Al cabo de un rato, ambas estábamos sentadas en el pequeño desayunador comiendo.

- Te puedo preguntar algo. - Interrumpí a medio desayuno, pero debía sacarme esa espinita que tenía en el pecho.

- Adelante. - Hizo un ademán con la cabeza.

- ¿Por qué está tan mal todo entre ustedes? No puedo creer que sea solo por mi relación con Smith.

No lograba terminar de entender todo aquello. Era una situación confusa para mí, una cosa era que no se agradaban, pero otra muy distinta era llevar eso a los extremos de cancelar una boda.

A Través De La Ceniza (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora