Tan solo siete días y mi foto aparecía en varias revistas de sociales anunciando mi compromiso, todo gracias a mi excelentísima suegra Elena Bitel para ella era un acontecimiento que no podía pasar desapercibido aunque yo no fuese mucho de su agrado y es así como una semana después estaba frente al espejo en un vestido de satín rojo entallado que me llegaba hasta los tobillos preparándome para la celebración de mi futura Unión. Por más que me veía en el espejo intentaba buscar una razón para estar feliz para poder disimular lo que realmente sentía.
Estuve a punto de llamar a Erik, de llamar a la misma Elena y mandar todo a la mierda. Decirles que se cancelaba todo o mejor aún gritárselo a la prensa. Necesitaba respirar, necesitaba calmar mis ánimos.
Alcé mi vista encontrándome con el reflejo de Kara en el espejo una sonrisa casi apagada se dibujó en ella, me veía como pidiendo permiso para acercarse instintivamente asentí para indicarle que podía hacerlo.
-Hola -saludo acompañado de un ademán.
-Hola -la imité.
-Me alegra que ya estás bien y felicidades por tu compromiso -continuo-. Me da gusto que al fin le dieras el sí.
Una sonrisa sin ánimos fue mi respuesta a sus deseos
-Oye Sam, sé que estás molesta y que crees que Auria y yo te olvidamos, pero nada de eso -respiro profundo antes de seguir-. Erik estaba realmente molesto no tengo idea del porqué y prohibió a todos verte. La misma Virginia se peleó con él para poder cuidarte, tu padre ha estado paranoico, tenso con respecto a ti...
Analizaba sus palabras conforme iba avanzando y no me había dado cuenta de su extraña actitud. Faltó a trabajar, supervisaba los cuidados de Virginia e iba cada quince minutos a mi habitación cómo para asegurarse que estuviera sola.
Gritos provenientes de la parte de abajo me sacaron de mis pensamientos e interrumpieron a Kara. Ambas volteamos a vernos confundidas sin saber lo que pasaba. A paso veloz nos movimos buscando de que habitación venían las voces. Nos paramos frente al despacho de mi padre y para mí me era imposible creer que esos gritos salieran de ahí pude percibir que eran varias personas entrometidas en la discusión sin embargo solo reconocí a tres... Erik, Virginia y Ryan. Hice un ademán a Kara indicando que guardara silencio, nos pegamos más a la puerta.
-Pues ya es momento de que se sepa ¡ya me harte!
No reconocía esa voz.
-A muy fácil pedirlo ahora ¿no? -Ryan contesto de manera hostil yo no pude alcanzar a oír lo siguiente que dijo.
La pelirroja intentó empujar la puerta, pero la detuve quería escuchar más.
-Tú no vas a comprender.
-Basta yo sé lo diré cuando yo lo crea oportuno -cortó mi procreador.
-Pues vamos, vamos y dile quien soy en verdad -esa era Virginia.
La risa me ganó no sé si por nervios o frustración y sin poder evitarlo empujé la puerta entrando a grandes carcajadas con mi cuñada muy confundida a mis espaldas. Todos se callaron al instante en que me vieron, sus miradas se buscaban unas a otras como pidiendo auxilio entre ellos.
-Es en serio lo que pasa acá -me carcajee nuevamente-. Llevo un rato escuchando sus disparates.
Nadie dijo nada. Mi cuñada jaló mi mano como queriendo sacarme de la sala, pero no sé lo permití me safe de ella.
- ¿Y con que me van a salir?. Que soy adoptada y Virginia es mi verdadera mamá o peor aún que es mi madre que nunca murió y ahora vuelve arrepentida -hable totalmente llena de ironía.
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A Través De La Ceniza (EDITANDO)
RomanceMuchos secretos. Mentiras. Engaños. Dolor. Una parte de la historia que no ha sido contada... ¿Qué pasaría si tu mejor amiga se quita la vida? ¿Hasta dónde llegarías por vengar su memoria? ¿Qué estarías dispuesta a cambiar, a dejar para cobrar su d...