Capítulo X

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Piper

Caminé aterrada hacia los aposentos de Lady Vause. Con cada paso mi corazón latía más feroz temiendo encontrarme con ella tras nuestro desastroso encuentro de la mañana. Sylvie abrió las puertas de la habitación principal y sin atreverme a entrar, logré atisbar el desastre que me esperaba adentro. Sylvie me dio un empujón nada ligero, forzándome a entrar en la boca del lobo absolutamente horrorizada con lo que veía. Todo estaba destrozado, como si el lugar hubiera sido arrasado por un vendaval; nada se había salvado de la catástrofe. No pude evitar sentir que yo había sido la causante de aquel estrago por haberla enojado...

"Como verás, tienes mucho trabajo por hacer..." Sylvie me informó mientras yo seguía paralizada absorbiendo con la vista las ruinas "La señora ha tenido un pequeño accidente...quiero que limpies toda la habitación y coloques los muebles grandes en su lugar...lo que veas que no tiene arreglo, déjalo en el pasillo..."

"Sí señora..." Accedí de forma instantánea, siguiendo los consejos de Nicky

"Deberás dejarlo todo listo antes del amanecer..."

"Antes del amanecer?" Pregunté por si había escuchado mal. Iba a ser imposible...

"Es lo que he dicho...o acaso estás sorda?"

"No señora...haré lo mejor que pueda para dejarlo todo en su lugar...antes del amanecer..." Dije obedientemente y una sonrisa de superioridad se dibujó en su cara. Le agradó que le obedeciera...

"Mi señora está en la biblioteca...detrás de esa puerta" Señaló la puerta y mi corazón dio un brinco al saber que ella estaba tan cerca de mí. Había aprendido esa misma mañana que una simple puerta no era obstáculo para ella "Ten cuidado e intenta no hacer mucho ruido...no quiere que la molesten" Un escalofrío me recorrió el cuerpo después de la suave advertencia "Yo me voy a descansar; vendré por ti más tarde...que te diviertas..." Terminó diciendo con jactancia y se largó    

Los daños eran inestimables; no sabía por dónde empezar, así que pensé que lo más lógico sería comenzar con los objetos de mayor tamaño. Mis ojos aterrizaron de inmediato en la enorme tabla de madera densa, bastante lejos de su posición original. Tuve que emplear todas mis fuerzas para ponerla en pie, y luego la empujé con gran esfuerzo hasta su sitio. Mientras lo hacía me pregunté cómo había llegado a parar hasta el lado opuesto de la habitación. Reorganicé las sillas que estaban repartidas por el cuarto y continué recogiendo cajones y otros muebles de menor tamaño. Hubo un momento en el que tuve que parar porque creí haber escuchado su voz viniendo de la habitación contigua..."No..." Le escuché decir y el miedo se apoderó de mí temiendo que viniera a la habitación "Cállate!" Gritó. Me quedé quieta por un largo momento aterrada y...extrañada; por lo que yo sabía, ella estaba sola en la biblioteca, entonces...con quién estaba hablando? Tras un buen rato sin escuchar nada más, me apresuré y reanudé mi trabajo. Quería salir de allí lo antes posible...   

El mobiliario demasiado dañado lo apilé en el pasillo, tal y como Sylvie me había ordenado hacer. Así que poco a poco fui limpiando distintas zonas de la estancia; recogí las cortinas y las sábanas, cojines y almohadas...hasta que por último sólo me quedaba recoger los miles de trozos de cristal y cerámica esparcidos por todo el suelo y enterrados en las alfombras...no fue un trabajo fácil.

Sylvie me recogió justo antes del amanecer, tal y como me había dicho. Casi me alegré de verla; era todo un logro haber salido de allí viva. Incluso tuvo la bondad de darme una bolsa de cuero con algo de agua en su interior. Bebí el vital líquido desesperada y sedienta tras tantas horas sin agua...

Luz en el lugar más Oscuro (Vauseman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora