Luz en el lugar más Oscuro (Vauseman)

Capítulo XL

Alex

Me hubiera podido quedar en ese lugar para siempre con ella. Me sentí flotar en una nube, extremadamente aliviada por finalmente haber tenido el valor de contarle todo sobre mi pasado. Mi mayor temor siempre fue pensar que a ella le repulsaría saber sobre mis orígenes ilegítimos, pero una vez más demostróestar por encima de las superficialidades de la clase alta a pesar de habernacido en ella, sorprendiéndome como siempre con su alma pura...realmente debíaamarme para aceptarme tal y como era. 

Satisfechas con la elección de la bañera, regresamos a la habitación y le indiqué que esperara en la biblioteca mientras yo finiquitaba algunas órdenes. Tenía que decirle al servicio que limpiaran el desastre en el cuarto de baño y también buscar algunos hombres para que trajeran la nueva bañera, al menos iban a necesitarse unos seis para poder moverla...

"Puedo ir contigo..." Objetó

"No...no puedes" Me negué de inmediato "Prefiero que esperes en la librería..." Le insistí ya un poco más seria para que me hiciera caso

"Pero por qué?" Parecía contrariada por mi negativa. Decidí que era mejor explicarle mis razones

"Pues porque..." Busqué la forma de explicárselo sutilmente "No te quiero cerca de esos hombres" Bajé la mirada y envolví su cintura con mis manos, codiciosamente atrayéndola hacia mí

"Alex..." Exhaló mi nombre en medio de una risa corta "No es como si pudieran hacerme algo estando contigo..." Ese no era mi problema.

Obviamente no se atreverían a hacer nada si estaba yo con ella. Tenía otras razones para mantenerla lo más alejada posible de esos hombres. Los trabajadores asignados a tareas de construcción y mantenimiento no eran los peores criminales en realidad, pero al fin y al cabo, eran hombres. Me enfurecía sólo imaginar el tipo de pensamientos que pasarían por sus mentes al ver a una chica como Piper. Y no podría culparlos por ello...hasta a mí me resultaba inevitable no fantasear con su cuerpo desnudo o pensar en mil formas de poseerla cada vez que la veía, aunque para mi gran dicha mis fantasías podían hacerse realidad cuando yo quisiera, además, ya tenía su cuerpo memorizado al detalle, no me hacía falta imaginar, sólo con cerrar los ojos ahí estaba ella...

"No quiero que te vean..." Comenté malhumorada, absurdamente enfadada con los hombres y sus posibles pensamientos

"En serio?" Preguntó incrédula con tono jocoso, sin entender el trasfondo de mis motivos. La miré con rostro sereno para darle a entender que no era una broma

"Sí...en serio" Pero a pesar de mi hosquedad, su sonrisa se hizo más grande y sus ojos centellearon entendiendo algo

"Acaso...te pondrías celosa si alguien más me viera?" Había entendido parte del problema y parecía divertirse con la idea, pero a mi no me daba gracia y el asunto me irritaba sobremanera

"Pues sí...si quieres saberlo, sí me pondría celosa" Admití abiertamente y sus gestos de guasa se transformaron para mirarme con afecto. Presioné nuestras frentes y le expliqué mejor "Pero además...no quiero que te vean y que te deshonren con sus pensamientos sucios..." Yo quería ser la única que albergara ese tipo de pensamientos con ella...

"Está bien..." Aceptó con voz apacible "Si tanto te afecta, entonces esperaré en la biblioteca" Alejé nuestros rostros para poder verla mejor

"Gracias..." Agradecí que entendiera. Podía haberme malinterpretado y tomarse mis intenciones como una forma de controlarla, aunque nada estaba más lejos de mis intenciones. La acompañé hasta la biblioteca y para que se entretuviera mientras me esperaba de vuelta, le recomendé un libro bastante particular...