Piper
Tras encerrarse en el baño, no supe a dónde ir. Mi mente aun intentaba procesar lo que acababa de decirme. No había malinterpretado nada, su propuesta no podía haber sido más clara, aunque luego intentara retractarse. Sentí el sudor glacial de la tentación y mis pies ardían por correr tras ella, pero mi mente me retenía fija en el mismo lugar. Odié mi capacidad de razonamiento en el momento, que era lo único que me impedía cumplir con el clamor de mi cuerpo. Aturdida, caminé de un lado a otro, hacia el baño y hacia la puerta principal, debatiendo qué puerta tomar. Entonces mis ojos cayeron en las botellas repletas de alcohol destilado y evoqué la noche en que el vino me había ayudado a deshacerme de mis prejuicios. Quizás un trago me ayudaría a esclarecer mis sentimientos. Cogí una copa chata y ancha y la rellené de lo primero que alcanzaron mis manos; un licor del color de la miel. Me acerqué la copa a la nariz para oler los vapores y rechacé el olor en seguida. El olor no era dulzón como lo había imaginado. Tuve que pellizcarme la nariz con mi índice y mi pulgar antes de inclinar la copa y beberme todo el contenido en un generoso trago. El líquido me quemó la garganta y la boca del estómago; me dieron ganas de vomitar y sacarlo de mi sistema, pero lo contuve todo esperando que me hiciera efecto pronto. Respiré varias veces a través de la nariz para aliviar las repentinas nauseas y en solo segundos, sentí como mi cabeza comenzaba a aturdirse. Al final la experiencia no había sido tan mala, así que me serví otra ronda y repetí el mismo procedimiento...no me atreví a servirme una tercera copa.
Con la mente un poco más dispuesta a cooperar, me hice una pregunta...A qué le tenía tanto miedo si ya me había entregado a ella? Analizando la situación fríamente, me di cuenta de que ya pertenecía a ella por completo, y no por nuestro principal acuerdo cuando entregué mi vida al servicio de la oscuridad. Ya había tomado aquella decisión incluso antes de nuestra primera noche juntas, porque la primera vez que me había sugerido la oportunidad de volver a casa, no acepté no sólo porque tenía la seguridad de que no podría encontrar la felicidad volviendo a mi antiguo hogar, si no porque en el fondo no quería irme de aquél lugar, y entonces me di cuenta que mi decisión de quedarme había sido por una razón que tardé días en descubrir...ella. Ése mismo día durante nuestro paseo, le había pertenecido repetidamente cuando saltando desde lo alto del acantilado puse mi vida plenamente en sus manos con la férrea convicción de que nada malo podía pasarme estando con ella.
Llegué a una conclusión inapelable...si ya era suya, qué era lo que me impedía ir tras ella?
Miré la puerta de madera tallada del baño y fue imposible no imaginármela desnuda y sumergida en el agua humeante. Mi estómago se contrajo con el pensamiento y mi corazón se agitó en mi pecho, como si no tuviera espacio suficiente para moverse. Con paso firme, tanto como pude en mi cuestionable estado, afectada no sólo por el alcohol, caminé hacia el baño y abrí la puerta. Ya tenía los ojos fijos en mí en cuanto puse un pie dentro, como si me hubiera estado esperando...
"Oh...has considerado mi propuesta entonces" Dijo exudando pura confianza. Me irritó un poco porque deseaba poder decir lo mismo de mí; deseaba tener su misma seguridad. Y ahora qué Piper?...me pregunté al darme cuenta de que tendría que quitarme la ropa delante de ella y, cómo iba a ser capaz de soportar su mirada mientras me desnudaba, si a veces no era capaz de aguantarla estando completamente vestida?
"Cierra los ojos..." Apenas pude articular. Consideré incluso si me había escuchado y me dispuse a repetir la petición con voz más firme, pero cuando sonrió endiabladamente, supe que me había escuchado. Cerró los ojos pero mantuvo una sonrisa victoriosa. Su vanidad a veces me resultaba molesta, pero más que nada, cautivadora...
Lenta y deliberadamente, comencé a deshacerme de mi ropa, con dedos temblorosos que luchaban por desabotonar el vestido y desatar los cordones del corsé. No aparté la mirada de su rostro ni un segundo, en caso de que abriera los ojos, pero se portó bien y no hizo ni el intento. Mi torso ya estaba al descubierto y apreciaba el aire húmedo y caliente de la pequeña estancia. Me quité los botines y lo último por quitarme fueron los calzones. El momento de la verdad había llegado. Caminé hasta la bañera y noté que ella ya no sonreía; su rostro parecía expectante, a pesar de tener los ojos cerrados. Aproveché la oportunidad para admirarla sin ser vista. Se había recogido la larga cabellera negra en una cola que parecía tan abundante como la de su semental negro, dejando su largo cuello expuesto mientras que algunos mechones sueltos enmarcaban la pálida piel de su rostro. La voluptuosidad de su pecho atrajo la atención de mis ojos de manera inconsciente; obvié la patente y extraña marca en su pecho y me fijé en cambio en su pronunciado busto. El nivel del agua no era lo suficientemente alto para cubrirlo. Me imaginé cuánto pesarían en mis manos y cómo su piel tersa y nívea se sentiría bajo la caricia de mis manos...cómo sería tocarla como ella me había tocado la otra noche. El carraspeo de su garganta me sobresaltó...
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Luz en el lugar más Oscuro (Vauseman)
FanfictionVAUSEMAN AU. Alexandra Vause, un ser condenado a gobernar las Tierras Sombrías en un mundo cada vez más acosado por la oscuridad, verá sus poderes disminuidos por la llegada de una joven que despertará en ella sentimientos nunca antes vividos. Su fi...