Capítulo XVI

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Alex

Algunas veces Nicky podía ser bastante invasiva o impertinente pero también me conocía de sobra como para saber cuándo era mejor dejarme a solas, como ocurrió entonces. Me quedé observando las hermosas rosas arder envueltas en llamas y los pétalos retorcerse hasta volverse cenizas. En qué momento me dejé engañar de esta forma tan estúpida? En el momento en que la dejé entrar...el momento en que le dí mi confianza y me propuse hacer todo lo que estuviera en mis manos para hacerla feliz y enmendar mis errores. Idiota de mí por querer mostrarle mi otro ser, aquél que permanecía ermitaño ante el mundo, pero dispuesto a revelarse por y para ella, un ser que se sentía hipnotizado con sus sonrisas y que era capaz de tragarse su orgullo para pedir disculpas sólo ante ella...Si ellos eran monstruos, que queda para usted?...Sus hirientes y punzantes palabras se repitieron una y otra vez en mi cabeza dejando dentro de mí una sensación de devastación sin precedentes. Peores cosas me habían dicho, pero que viniera de ella después de pensar que las cosas iban bien entre nosotras fue lo que me derrumbó. Cuando me confesó que había intentado escapar ni siquiera me enfadé si no que me sentí hundida en el fondo del más profundo océano. Si después de mi empeño para redimirme ante ella seguía pensando lo peor de mí, entonces que así fuera...

No quería ni pensar en lo mal que lo estaría pasando en las celdas de la oscuridad, pero no podía pasar por alto aquella ofensa y mucho menos el engaño. Un par de días serían suficientes, al menos para demostrarle lo idiota que había sido al intentar engañarme, pero no volvería a ocurrir más nunca. Después de su castigo, tendría que pensar qué hacer con ella...quizás le asignaría algún trabajo bastante corriente y lejos de mí. Pasé horas intentando entender cómo es que alguien aparentemente tan inocente había sido capaz de actuar de forma tan premeditada y fría...que se vaya al demonio!

La siguiente vez que Nicky apareció me sorprendió su estado agitado. Entró como un torbellino en la biblioteca. Tenía el rostro rojo y sudoroso y le costaba esfuerzo respirar; claramente había venido corriendo. Qué habrá sido tan importante como para hacerla correr? Debí haber sabido que se trataba de la joven...en cuanto mencionó su nombre, todo mi interior hirvió de rabia. No quería volver a escuchar ese nombre, aún así, no pude evitar prestar atención a lo que tendría que decir. La urgencia en el rostro de Nicky fue suficiente para saber que la chica de verdad estaba lastimada, y por mucho resentimiento que sentía entonces por ella, el solo pensar que pudiera estar lastimada fue insoportable.

Desaparecí para ir directa a la celda donde la había dejado. La oscuridad era absoluta para cualquier persona, pero era perfecta para que mis sentidos se volvieran más agudos, así que no me costó trabajo visualizarla con el cuerpo encogido contra una esquina

"Piper?" Me acerqué y arrodillé a su lado; ella murmuraba algo que no logré entender... "Piper?"

"Alex..." Fue la primera vez que me llamaba así. Habló con voz floja y sus ojos estaban cerrados. Toqué su frente con mi mano y me alarmó lo caliente que estaba, ardiendo en fiebre

"Demonios..." Me incliné para cogerla, acurrucándola contra mi pecho y posando mis labios fríos en su tez ardiente mientras la levantaba conmigo "Shhhh...estarás bien" Le prometí y la llevé a mi habitación sin más demora "Estarás bien...te pondrás bien..." Repetí por mi propio bien y la posé gentilmente sobre la cama pensando en cómo ayudarla. Fue cuando Nicky nos encontró...

"Alex..." Nicky corrió hacia nosotras... "Qué es lo que tiene?"

"Está ardiendo en fiebre..." Le expliqué sin apartar la mirada de la figura inmóvil de la joven...estaba completamente inconsciente

"Qué necesitas? Qué puedo hacer?" Preguntó desesperada, pero yo estaba tan perdida como ella...necesitaba un momento para pensar con claridad y ordenar mis ideas

Luz en el lugar más Oscuro (Vauseman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora