Capítulo XXXII

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Alex

"Te amo" Pronunció en un mero suspiro; la calidez de su aliento me abrasó el rostro y sus palabras todo mi interior 

Ya lo sabía; podía verlo en sus ojos, en su alma, en lo que me había dicho tan sólo esa mañana cuando le había animado a contarme qué era lo que sentía por mí. Pero escucharla decirlo tan alto y claro era algo completamente diferente. Su improvisada confesión me dejó paralizada sin capacidad de reaccionar porque, qué se suponía que debía decirle? Lo lógico hubiera sido corresponder a sus sentimientos y devolverle las palabras, pero no quería mentirle; no podía hacerlo. Yo no la amaba, simplemente porque era incapaz de hacerlo sin un corazón. Una criatura como yo no tenía la capacidad de amar de la misma forma que su corazón virtuoso e inmaculado podía hacerlo. No había pensado en que el día llegaría, en que me dijera aquello, así que no estaba preparada para responder. Nunca me había sentido tan vacía como entonces, cuando se hizo el silencio y supe que ella estaba esperando a que dijera algo de vuelta...

"Piper..." Dije su nombre con toda la delicadeza del mundo para suavizar el golpe, como un cazador que murmura palabras de alivio y acaricia a la presa abatida antes de darle la estocada definitiva. Debió percibir por donde venía porque de inmediato, con gran humillación espetó...

"Lo...lo siento..." Su incomodidad casi podía palparse en el aire "No sé por qué he dicho eso..." Me odié por haber sido incapaz de decirle algo después de su gran confesión. Obviamente se había tomado mi largo silencio de la peor forma... 

"No...por favor no lo sientas..." No quería que se retractara de lo que me había dicho "Mírame..." Tenía el rostro bajo intentando ocultar su embarazo "Piper por favor...mírame..." Le rogué posando mi mano izquierda en su mejilla para invitarla con ternura a alzar la mirada. Levantó un poco el rostro pero la mirada continuaba gacha. Tenía la cara contraída en una mueca de aflicción y supe que estaba a punto de llorar de humillación. En tales circunstancias no le insistí para que me mirara y comencé a hablarle lo más suave posible "Eres lo más extraordinario que me ha pasado jamás..." Ciertamente lo era "Había pensado que mi existencia carecía completamente de significado hasta que apareciste en mi vida y yo...pude encontrar por fin un sentido al entender que mi destino estaba incuestionablemente ligado al tuyo" Si tan sólo supiera cuán destinadas estábamos a encontrarnos de acuerdo a la profecía "Y ahora creo que todos esos infinitos y tediosos años llenos de soledad y vacío fueron necesarios sólo para que nos pudiéramos encontrar...y soy tan afortunada de haberte encontrado tras todo este tiempo" Finalmente, me arrasó con su mirada azulada, que brillaba con lágrimas acumuladas en sus ojos "Has despertado sentimientos desconocidos en mi ser y...no sabes cuánto significas para mí...mi dulce Pipes..." Pero no puedo amarte...me faltó el coraje para decirle la completa verdad sobre mí, para decirle que se había enamorado de una criatura sin corazón que no merecía ni una millonésima parte de su amor. Esperaba que mis palabras pudieran alcanzar el mismo significado que las suyas, pero su rostro desolado me hizo darme cuenta de que no...mis palabras, aunque entregadas con toda sinceridad, no valían de nada ni eran equiparables a un te amo. A pesar de sus esfuerzos por no derramar lágrimas, una gota se escapó para mojar la mano que yo aun mantenía en su rostro. Por un segundo consideré decirle...yo también te amo...pero ella no merecía aquellas palabras vacías sólo por compasión. Me acerqué un poco reclinando mi cuerpo hacia ella y planté un beso lleno de arrepentimiento en su boca, a modo de disculpa silenciosa por haberle roto el corazón "Está oscureciendo..." Hice notar y propuse irnos de allí "Vamos..."    

Me puse en pie ofreciéndole mi brazo, el cual tomó con sus manos como siempre, sin dudarlo, pero cuando empezamos a caminar noté que mantenía cierta distancia que me resultó dolorosa, a pesar de aun mantener su mano enroscada en mi antebrazo. Por el pasillo eché en falta la boyante actitud que demostró cuando íbamos de camino hacia el ático. Ciertamente, el aire era incómodo y ninguna de las dos habló. Temí haber cometido el peor error de mi vida, pero era tarde para arrepentimientos; lo hecho, hecho estaba. Decidí dejar el mal momento pasar; quizás tomaría algunos días pero en algún punto volveríamos a retomar nuestra inicial relación, o al menos eso esperaba...yo me esforzaría cada día por hacerla feliz de nuevo tras el desagradable incidente...

Luz en el lugar más Oscuro (Vauseman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora