Alex
Me hallaba en un estado de paz que resultaba foráneo para mí. Finalmente había conseguido el alivio que tanto necesitaba y que había estado anhelando de forma agonizante durante tantos días. A la calma que prosiguió había que añadir la extrema fatiga que reinaba en cada centímetro de mi cuerpo; ella me había dejado completamente exhausta. Yacía dormida sobre mi pecho, ignorando lo dañina que era para mí mientras yo acariciaba sus cabellos incesantemente con mi mano derecha que comenzó a convulsionar haciéndose un puño. Sabía lo que pedía pero me mantuve fuerte negándome a hacer lo que mi parte oscura clamaba...me negaba a cederle el control, pero pensar en las celdas de la oscuridad y en lo que seguramente me aguardaba allí resultaba extremadamente tentador en ese preciso momento en que me encontraba con las fuerzas tan menguadas. Por suerte, nada era más cautivador que estar con ella. Respiré su aroma con todas mis fuerzas para erradicar de mi mente los pensamientos oscuros y busqué distraerme siguiendo detenidamente el sonido de su corazón que latía acompasado, perfectamente sincronizado con su respiración y los suaves ronquidos que me parecían enternecedores. Aplaqué las ansias de mi mano con su piel ardiente, deslizándola por debajo de las sábanas hasta alcanzar la parte baja de su espalda y me olvidé de la necesidad de nutrir a la oscuridad.
Pero otras cosas no se podían ignorar y resultaban imposibles de eludir, como las decenas de voces que retumbaban en mi cabeza; voces que se volvían más y más persistentes mientras más intentaba dejarlas a un lado. Llevaba días sin tener en cuenta las plegarias y quizás era momento de al menos atender las más urgentes, porque me estaban volviendo loca. No quería dejar la cama y apartarme de su lado, pero pensé que era mejor retomar mis labores mientras ella aun dormía. Reticente, me desligué del agarre flojo de sus brazos y me alejé de ella con cuidado para no despertarla. Aún quedaban un par de horas para el amanecer así que me apuré a vestirme para irme lo antes posible. Le escribí una nota para hacerle saber la razón de mi ausencia, eché más leña al fuego para asegurarme de que no pasara frío y me fui a atender los ruegos de los más desesperados.
El cumplimiento de mis deberes como El Guardián me ayudó a olvidar mi debilitado estado. Quizás me hacía bien ocupar mi mente con otras cosas para mantenerme alejada de las celdas de la oscuridad. La lista de ruegos era interminable; terminé atendiendo primero a las voces más desesperadas y luego volví mi atención hacia las plegarias menos demandantes. Estaba tan ocupada que perdí por completo la noción del tiempo. Seguro Piper ya había despertado y leído mi nota, así que decidí terminar algunas visitas más, siempre ambicionando cerrar tratos beneficiosos para mí...y así la mitad del día se me pasó en un suspiro. Sólo cuando no pude resistir las ganas de ir a casa para verla fue cuando regresé, dejando algunas labores pendientes...
No sabía en dónde iba a estar a esas horas, así que lo más lógico me pareció pasar por la habitación primero, y allí la vi. La imagen que me encontré me dejó pasmada. Ella aún estaba en la cama y no tenía buena cara...pensé lo peor.
"Qué ha pasado?" Pregunté con temor mientras me acercaba hacia ella...Qué hice? Qué hice?...Inevitablemente asumí que fuera lo que fuera, había sido mi culpa
"Pero bueno...mira quién se ha dignado a aparecer" El tono ligero de Nicky no calmó mis nervios
"Piper..." Me subí a la cama sin importarme arruinar las sábanas limpias con mis botas y sujeté su rostro con gran cuidado, como si pudiera quebrarla para demandar saber qué había ocurrido.
Nicky respondió alegando que se trataba de un simple resfriado, pero, y si era algo más? Lo primero que me vino a la mente fue la posibilidad de que yo comenzaba a afectarla tanto como ella me afectaba a mí. El pensar que ella también podía estarse debilitando me asustó hasta los huesos. Se suponía que yo y sólo yo iba a pagar las consecuencias, no ella. Dirigí mis frustraciones contra Nicky, culpándola de no haberme avisado antes cuando la culpa había sido mía por haberme ido en primer lugar...
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Luz en el lugar más Oscuro (Vauseman)
FanfictionVAUSEMAN AU. Alexandra Vause, un ser condenado a gobernar las Tierras Sombrías en un mundo cada vez más acosado por la oscuridad, verá sus poderes disminuidos por la llegada de una joven que despertará en ella sentimientos nunca antes vividos. Su fi...