"No lo hagas porque te conozco y sé mejor que nadie que después vas andar quejándote"
Si pues, Samantha me conocía muy bien, una amistad de más de cinco años no pasa en vano.
Era tan predecible para ella que no podía tomarla de sorpresa y me daba cierto enojo porque cuando algo no me salía bien, llegaba ella alzando una de sus cejas y negando con la cabeza me decía:
"No me sorprende"
La conocí apenas éramos unas niñas así que, si, me conoce muy bien. Su cabello largo hasta la cintura y tan liso, me hizo sospechar si era real o no, su piel tan lisa y blanca y sus ojos tan pequeños y achinados.
Dios mío, aún me pregunto dónde estará y hasta me he visto en la tentación de querer volver por ella, pero ¿Y si no la encuentro?
—Joder, niña ¿Acaso estás sorda? — exclamó luego de que se rompiera la rama en la que estaba pasando y me raspara la pierna.
Caí tan fuerte al suelo, que me golpeé ambas rodillas e hicieron un fuerte sonido. Ojalá no se me hayan roto.
—Te dije que no subieras por allí y fue lo primero que haces —agregó este cuando llegó a mi lado.
La rama tenia como un metro de distancia del suelo y ahora tengo ambas manos en el suelo tratando de que el dolor en mis piernas adormecidas desaparezca.
Odio esta situación, me siento igual que con Samantha. Este chico pretende darme órdenes como si fuese mi dueño ¿Qué se cree?
Lo peor de todo es que la mayoría de veces tiene razón y debo terminar haciéndolo.
¿Saben lo que duele eso en el orgullo? Es como si me diera una patada en la boca del estómago.
"¿Qué te pasa, pendeja?"
Osea, que duele bastante ceder a sus órdenes.
—Mejor cállate y dime cuándo llegaremos — gruñí quitándome la mochila y sentándome mejor para tomar una de mis pocas camisas y romperla con una de las hojillas que trajimos.
Tomé un pedazo y lo amarré alrededor de mi herida. No puede ser, hasta rompió el pantalón.
— Hemos caminado por horas y no llegamos aún.
—No exageres, solo hemos caminado catorce kilómetros.
¿Escuché bien? ¿Dijo catorce kilómetros? ¿Acaso este chico es humano?
—¿Catorce kilómetros? — pregunte elevando la mirada ya que sigo en el suelo y este me observa desde arriba solo elevándose de hombros —¿Y te parece poco?
—No te quejes, ya estamos a punto de llegar —torció los ojos para acercarse a una roca, sentarse y quitarse la mochila.
Hemos caminado por horas y ya me empiezo a sentir mareada, aunque hemos comido de los enlatados al parecer para nuestro organismo no es suficiente y el calor, pues ni hablar; es horrible a pesar de que hay bastante vegetación.
Supongo que es por el movimiento que hemos tenido, porque el sol apenas y se filtra entre las abundantes hojas. Me sorprende estos árboles, deben tener más de quince metros de altura y anchura; son demasiado grandes.
Por suerte no nos hemos encontrado un animal peligroso pero de lo que si me quejo, es que ni un árbol de aguacate esté por acá, debe alguna planta frutal, aquí está húmedo. Sebastián se quitó la chaqueta al igual que yo y luego pasó sus manos con cansancio en su rostro.
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Fragmented: Secretos No Revelados © [Completa✔️]
Teen FictionEmma Stone, una chica de dieciséis años, es una de las sobrevivientes de una catástrofe que ha dejado la ciudad en ruinas. Tras la caída del gobierno, Emma se encuentra huyendo, buscando refugio en un mundo donde la traición y el odio son moneda co...