Fragmented: Secretos No Revelados © [Completa✔️]

✨Capitulo 10✨

"Oh, vaya, vaya, pero miren a quien tenemos aquí. Dime, Emma ¿Hasta cuando vas a seguir haciéndote el papel de heroína valiente?

¿Recuerdan que no teníamos salida?

Bueno, aun no la encontramos. Están muy cerca y no tenemos idea de como salir de aquí. No debí haber salido de la cabaña, aunque si no hubiera salido...

¿Hubiera descubierto que estos hombres estaban cerca?

Si, ahora pensándolo bien, que bueno que salí, pero no me gusta para nada la situación en la que me encuentro ahora.

Sebastián está agitado y mirando con desesperación por todos lados, yo también estoy de la misma manera; me cuesta respirar y no puedo pensar con claridad. 

Una salida, un agujero, un escondite...lo que sea.

Pero no quiero ser atrapada. No puedo permitírmelo.

Me van a matar como una pendeja. Lo sabía, más bien había llegado muy lejos.

Observo por todas partes y no veo nada como una salida, pero solo fue cuestión de segundos para que mi cerebro reaccionara y me diera cuenta de que frente a mí, hay un agujero.

El perfecto escondite.

—¡Sebastián, mira! —susurre indicándole un pequeño agujero en nuestra izquierda, no se nota mucho, ya que está cubierto por algunas ramas, lo suficiente como para cubrir el agujero.

—Es nuestra salvación. Vamos.

—Ahí no cabemos —dice tomándome de la muñeca haciendo que lo mire.

"¿En serio, amigo?¿ Te quieres morir?"

—No seas terco.  No lo sabremos si no lo intentamos —gruñí a lo bajo sintiendo que mi corazón va a salirse de lugar si no nos apresuramos.

No me dijo nada, solo me siguió.  Me dejó entrar primero y luego entró él; es muy pequeño el lugar, tanto así que tiene que colocar su brazo derecho atrás de mis hombros  y encojemos las piernas para que no estén a la vista de nadie.

Puedo sentir la respiración de Sebastián, está agitada y no dejan de temblar sus manos. Necesito que se calme, si no también yo caeré en la desesperación, y no tuve más opción que tomar la  mano que tenia en mis hombros  y apretarla con todas mis fuerzas, siento que me mira, pero yo no lo hago, mi orgullo no me lo permite.

Sin embargo y,  al parecer eso a él no le importa un pepino, ya que también aprieta mi mano con mucha fuerza, además de que también me acerca un poco más a él.

De cierta forma, me siento más calmada.

A pesar de que luego me arrepentiré.

Mentirosa.

Las luces se dispersaban cada vez más por la cueva, y yo no dejaba de repetirme en la mente que ya estábamos muertos.  Que tenia que adaptarme a la idea de morir, pero ese momento no llegó.

Y escuché voces.

"Aquí no hay nadie, no entiendo porqué nos mandaron a buscar por esta zona"

Su voz era era suave, tal cual a el de un muchacho.

"Escucharon gritar a una chica ¿No lo entiendes?"