" Por favor no me odies"
"No te odio"
Hubiera sido estúpido de mi parte levantarme para ir corriendo a buscar a ese imbécil para enfrentarlo sin que Sebastián se de cuenta, obviamente lo iba a saber, además, sería un plan suicida irme sola a ver a esa bestias.
Como opción solo pasé esa noche observando la lluvia con él hasta que nos quedamos dormidos uno a lado del otro como la primera vez, brindándonos mutuamente calor corporal.
Es raro de mi parte que le esté dando tanta libertad de que me hable cursi y me bese, pero ¿Qué puedo decir? Me gusta que lo haga y hacerme la difícil a pesar de que él se de cuenta, es un absurdo juego que tenemos entre ambos, un juego que no sé muy bien como mover las cartas, pero él sí. Sabe moverlas con precisión, coordinación y perfecta estrategia, eso hasta cierto punto da miedo porque no tengo idea de lo que haré.
¿Imbéciles los dos? Si, lo sé.
Solo me levanté con cuidado de no despertarlo para irme de allí con Jack siguiéndome en silencio. Debo ser cuidadosa de no encontrarme con nadie. Ni con Anahí porque lamentablemente es entrometida, ni con el resto de los chicos porque no me dejarán alejarme lo suficiente como para averiguar dónde duerme ese tipo. No lo hace en la misma casa, entonces ¿Dónde?
—¿Adónde vas? — escucho para sobresaltarme al salir al porche. Para bajar del techo, debes ir por las escaleras, abrir la puerta a la cocina y traspasar hasta la sala para llegar a las escaleras que dan paso a las habitaciones arriba.
Lo extraño es que dormimos en las de abajo mientras nos prohíben ir arriba luego de lo ocurrido con la serpiente. Al voltear es Dylan a lado derecho del marco de la puerta, está sentado en una silla de plástico verde con cada mano en los extremos, una pierna encima de la otra y prácticamente acostado en ella. Se ve que está cómodo allí.
—¿Cómodo? —sonreír al ver su cara de pereza. Mike sale al instante y toma asiento a lado izquierdo de la puerta en otra silla de plástico.
Parecen esos guardas de cárceles de los tiempos medievales de las películas que veía mi padre. Solo les falta la ropa rara y las armas, aunque lo último no lo quiero averiguar si lo tienen. Mike también tiene un ánimo que me anima a seguir durmiendo y ambos tienen ojeras que también he notado en Sebastián. Bueno, en realidad muchos aquí las tenemos.
Dylan usa una camisa blanca con pantalones de Jeans claros con sus zapatos de siempre de color negro. Mientras que Mike usa una de color gris con sus pantalones color negro y zapatos azul rey oscuro. Muy oscuro, se debe detallar bien para notar la diferencia.
—¿Dormiste bien o tuviste dificultades? — escucho que pregunta Mike con una sonrisa ladeada rascando su barbilla.
Ya a ambos se les nota que les hará falta pronto una afeitada. A Sebastián también se lo noté, aunque no tanto como a Mike. A Dylan no se le notan tanto, sus bellos son amarillos, muy claros como para notarlos fácil. En realidad es tierno, ya que es pelirrojo. De repente al escuchar como Dylan también ríe a lo bajo es que me doy cuenta de lo que hablan. Se dieron cuenta que estaba con Sebastián arriba, así que solo tuerzo los ojos dándome vuelta para seguir mi camino.
—Oye, pregunté a dónde ibas y te hiciste la loca. Estoy medio lento por el sueño, pero no olvido las cosas — exclama Dylan para detenerme en los tres escalones que dan paso al jardín y sentarme resignada allí en el piso con ambas manos en el rostro. Si me voy, me perseguirán y me alejarán y no es la idea. Debo ir sola.
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Fragmented: Secretos No Revelados © [Completa✔️]
Teen FictionEmma Stone, una chica de dieciséis años, es una de las sobrevivientes de una catástrofe que ha dejado la ciudad en ruinas. Tras la caída del gobierno, Emma se encuentra huyendo, buscando refugio en un mundo donde la traición y el odio son moneda co...