How to save a life -(Ventino) [Makia]

Prólogo

Natalia Prov:
- Juli no está, Makis no está - le digo completamente desesperada, salió corriendo de la entrevista, una entrevista que no cabe duda que la rompió.

-¿Viste sus cosas? Chicas busquen en las otras habitaciones - dice Juli entrando a conmigo en la habitación donde debía estar ella, pero no, desapareció.

- Están todas sus cosas ¡Mierda! Juli ¿Si hizo algo malo? - le pregunto temiendo lo peor, sé que Makis es capaz, que todo lo que ha pasado este último tiempo la afectó enormemente, pero también sé que yo la pude salvar un poco, siento los brazos de Juli apretándome, en ese momento me doy cuenta que estoy llorando y no me había percatado.

- Nati, confía en que el amor que sienten la va a salvar, ya lo hiciste una vez, puedes hacerlo de nuevo, no te desesperes, tenemos que encontrarla - me dice con una voz suave, por lo general esto sería algo que me calmaría, pero hoy no, hoy la desesperación es más fuerte, hoy el miedo vence mucho.

-¡NATALIA VEN! - escucho a Cami, por unos momentos se me olvida respirar, no siento mis piernas y el corazón se me estruja, es Juli que me tira a donde están las chicas, entro a una habitación temiendo lo peor, pero Olgui tiene un pequeño papel en sus manos, lo mira como si fuera la cosa más peligrosa del mundo, pero viendo la situación en la que estamos, lo es.

- Es una carta, está dirigida a tí, tiene el nombre de Makis - dice ella con la voz quebrada, se me escapa un suspiro lastimero.

- Es una carta de suicidio - digo al aire entrando en total desesperación.

- Léela - escucho a Cami, ya no veo nada, mis ojos están empañados en lágrimas, no puede ser.

Natalia, mi amor, escribo esto con las últimas fuerzas que me quedan, porque ya ni ponerme de pie puedo, quiero pedirte perdón, perdóname por no encontrar las fuerzas para luchar, perdóneme por dejarte sola una vez más, perdóname por todo el daño que te hice por miedo y por ignorancia, perdóname por meterme en tu camino y hacer que desperdiciaras años de tu vida conmigo, perdóname porque yo ya no tengo salvación, perdí todo lo que me importaba y todo lo que amaba, perdóname porque la depresión me ganó.
Quiero que sepas que cuando esté ahí, a punto de caer para siempre pensaré en ti, en el amor que me diste y en lo feliz que me hiciste por tanto tiempo, quiero que sepas que te agradezco, te agradezco porque fuiste la única que supo alargar mi vida por un par de años, está desicion no es por tí, es por mi, por ser una cobarde que ya no sabe cómo luchar, quiero que sepas que fuiste una luz por mucho tiempo y no encuentro justo apagarte con mi oscuridad.
Quiero decirte que te amo y que a donde sea que mi atormentado espíritu se vaya, estará cuidándote y amándote siempre, quiero que seas feliz, quiero que encuentres a alguien que brille con la misma intensidad que tú, para que así, jamás te apagues, quiero que les digas a las chicas que las amo, que también me perdonen por mi acto de cobardía, quiero que sigan adelante y cumplan su sueño juntas, que se sigan apoyando a pesar de todo. En lo que respecta a mi, ya no me quedan ganas de seguir luchando, ya no me quedan fuerzas y me parece justo terminar donde todo empezó hace más de cuatro años atrás, donde el amor me dió una oportunidad que no supe aprovechar. Te amo, mi bebé de labios sexys, te amo como jamás amé a nadie.
Espero que algún día me perdones
Con amor, María Cristina de Ángulo Botero.

Las lágrimas salen sin mi permiso, no la pude salvar, pero algo hace un click, el lugar donde todo comenzó hace más de cuatro años, donde la conocí, el edificio más alto de Bogotá, quizás aún la pueda salvar.

- Tomen sus cosas, nos vamos - les digo a las chicas quienes sin chistar me siguen y se meten al carro.

-¿Donde vamos? - pregunta Cami temerosa, lágrimas silenciosas caen de las 4 integrantes de Ventino, lloramos por nuestro 5 integrante, porque ninguna pudo detener esto.

- Al edificio más alto de Bogotá- le digo con la poca voz que me queda, cuando lo diviso empiezo a susurrar, implorando por un milagro - Por favor que no sea demasiado tarde, por favor permiteme salvarla.

- Llegaremos a tiempo - dice Juli, para mi suerte cuando llegamos a ese colosal edificio no hay un alboroto, eso significa que no ha pasado nada, no pasó mucho tiempo desde que Makis desapareció, así que puede que todavía exista la posibilidad de salvarla, de que no saltara a ese abismo, no espero nada, solo me abalanzó sobre ese ascensor que nos lleva al último piso, el que nos da acceso a esa azotea, abro la puerta de manera estrepitosa, las chicas vienen tras de mí casi sin aliento, pero la imagen es peor de lo que pensaba.

-Makis espera - le digo al verla parada en el borde de esa pequeña pared, está lista para saltar, ella voltea su rostro y me encuentro con unos ojos vacíos, inundados por la tristeza, los recuerdos y los golpes.

- Natalia vete - me dice dando otro paso aproximándose al borde.

-Por favor no lo hagas, tienes cosas por las que estar aquí - le digo dando paso temerosos, si hago un movimiento en falso la pierdo para siempre.

- Ya perdí todo por lo que luchar, ya perdí todo lo que amaba - me dice ella apretando los puños, solo puedo ver su espalda sacudirse por los violentos sollozos.

- A mi no me has perdido, yo soy un motivo por el que luchar - le digo, ella se voltea y sus ojos me paralizan, están quebrados por el dolor.

- A ti mi amor, fue de las primeras que perdí, te perdí porque nada de esto debió haber pasado, yo no debí apagar tu luz y egoístamente lo hice, yo debí saltar ese día hace más de cuatro años - me dice volviendo a darse vuelta, antes de que me falle el valor me subo a su lado, puedo ver cómo hormigas a los autos que transitan por Bogotá, antes de dudarlo la abrazo, aún teniendo el riesgo inminente de caer.

- NATALIA BAJATE DE AHÍ - escucho gritar a Juli.

-POR FAVOR, BAJEN DE AHÍ, SE PUEDEN CAER - es Camí quien secunda su idea, con voz firme le digo a Makis.

- Puedes saltar, puedes rendirte, pero eso no quitará que te amo, que te amé desde ese día, tienes que saber Makis, que si saltas también lo voy a hacer yo - le repito las mismas palabras que le dije hace unos años atrás, cuando todo empezó.

- Natalia - dice ella con la voz apagada por el llanto, la estrecho más fuerte entre mis brazos.

-NO HAGAN UNA TONTERÍA - grita Olgui ya desesperada, pero lo único que puedo decir es algo que ya dije y que se lo diría cuantas veces fuera necesario.

- Si saltas también lo voy a hacer yo - le digo estrechandola entre mis brazos, cierro los ojos, ella tiene la decisión, con cada sollozo siento que el suelo que piso desaparece, es ella quien debe tomar la desicion.