Capítulo 17 - Cada vez más rota.

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Natalia Prov:

Me duele todo, la maldita luz blanca da de lleno en mi rostro, haciendo que el dolor de cabeza se intensifique de maneras insospechadas, mi cuerpo parece haber envejecido años en unos instantes y mis miembros parecen no reaccionar a lo que está a mi alrededor, el sabor metálico de mi boca me hace recordar por qué estoy acá, despabilando mi cuerpo, logrando sentir que una mano se presiona sobre la mía de manera protectora, logrando por fin que abra los ojos.

-Natalia, por fin despertaste – dice una voz aliviada, mis ojos van directo a su encuentro, viendo frente a mí, a David.

- ¿Cómo llegué acá? – la garganta me quema con cada palabra, él me sonríe con pesar, vuelve a apretar mi mano y me responde.

-Te contaré todo, pero primero debe revisarte un doctor – me dice poniéndose de pie, tengo una última duda.

- ¿Dónde está Makis? – él me mira sorprendido, pero después su rostro es cambiado por uno de tristeza que no puede disimular.

-Ya vuelvo, primero debe revisarte un doctor – me dice David y simplemente se va, dejándome con esa estúpida sensación de angustia que se me agolpa en el pecho. No pasan más que unos cuantos minutos cuando llega el doctor, es un viejo amigo de mi papá, detrás de él, vienen mis padres con una sonrisa en el rostro.

-Hola princesa, me hubiera gustado que vinieras a visitarme, pero no de esta forma – me dice él mirándome con ternura, mi mamá solo les pasa por encima a cuanta persona se le cruza por delante para abrazarme.

-Para la próxima que se te dé por ir a golpear, por lo menos asegúrate de que de verdad lo golpees y no que sea al revés – ella me acaricia el cabello, dejándome suaves besos en el cabello, de inmediato siento que cada parte de mi cuerpo se relaja.

-Por lo menos el idiota se llevó una buena patada en las pelotas – dice David sonriendo ante la escena, pero yo de eso, no me acuerdo.

- ¿Qué pasó? ¿Cómo está Makis? – les pegunto, los presentes cambian su rostro a uno de tristeza, nada de esto me da buena espina.

-Forero te golpeó hasta que caíste inconsciente, o por lo menos, fuera de ti, como vio que yo no estaba dispuesto a abusar de ti, él se te tiró encima, pero tú, como acto reflejo le pateaste las pelotas, como pude me solté y te traje a la clínica, recuerdo que cuando éramos novios pasábamos horas aquí esperando a tu papá, fue al único lugar que se me ocurrió traerte – dice él apenado, pero nadie me responde sobre Makis.

-Gracias David, ahora alguien me dice ¿Cómo está Makis? – ya me está desesperando que no me den información.

-Salió de alta ante ayer, a ti te tuvimos dos días sedada para que el dolor no hiciera que te removieras y se te abrieran las heridas. Te vino a ver ¿Sabes? Y se fue completamente rota, no había visto tanto dolor en unos ojos, ella está completamente rota por dentro Natalia – dice mi doctor, el corazón se me encoge, pero no todo terminaba ahí – El día que salió, te dejo esto, dijo que te la pasáramos cuando despertaras.

Querida Natalia:

Lo siento, de vedad, tu no deberías estar en esa cama, tu no deberías estar golpeada, tu no deberías sufrir, solo deberías estar feliz, haciendo lo que te gusta, siendo tú en cada aspecto. No puedo soportar verte rota de nuevo, no lo puedo aceptar, porque yo ya estoy rota y sé lo que es, no quiero verte a ti en el punto que estoy yo, así que doy un paso al lado, no quiero, no quiero que tu sufra, lo siento, de verdad. Y gracias por hacer que, en cierto modo, mi vida se iluminara un poco.

Eso era lo que decía la pequeña nota que Makis me había dejado, no puedo dejar de pensar que ella piensa que es mala para mí, cuando en realidad ella era una de las personas que más feliz y que más fuerza me daba para levantarme cada día.

How to save a life -(Ventino) [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora