How to save a life -(Ventino) [Makia]

Capítulo 15 - Despojos.

Natalia Prov;

Podía pasar cualquier cosa, menos que a Makis le pasara algo en la puerta de su casa, no me lo podía creer, esto parecía un mal chiste, hace menos de 15 minutos la había dejado en la puerta de su casa, no entendía nada, solo sé que debo encontrarla, sea como sea. Estacioné el carro frente a su casa y me doy cuenta de que no hay gran movimiento, probablemente ni siquiera alcanzó a abrir la puerta, desesperada empiezo a correr por las calles, mirando a cada lugar donde ella podría estar.

- ¡MAKIS! -empiezo a gritar, la noche se está cerrando sobre mi cabeza, agotando mis esperanzas de encontrarla, dejándome dominar por un miedo tremendo, en ese momento mi corazón no es más que un despojo de culpabilidad y preocupación, esto no debió pasar en ninguna circunstancia.

- ¡MAKIS, POR FAVOR! ¡RESPONDE! – ya a estas alturas las manos me están temblando, a duras penas logro sostener el celular mientras llamo desesperada a la mujer que fue capaz de tirar abajo todos mis muros, a lo lejos veo una luz parpadeante, es un lugar por el que nunca pasaría, menos teniendo en cuenta lo cobarde que puedo llegar a ser algunas veces, pero esta vez, el encontrar a Makis me da el valor de hacer lo que sea, así que a paso rápido me voy hacia allá, de a poco todo se va esclareciendo, ya no solo es la luz parpadeante, sino que también hay un cuerpo inerte, cada paso me retumbaba en el corazón, rezaba tanto porque no fuera Makis, pero cada vez era más evidente, que su cuerpo era el que se encontraba ahí tirado, en medio de la nada, el mundo se me vino abajo cuando reconocí su lindo vestido, ahora manchado por la sangre.

- ¡Mierda! Makis, preciosa, abre los ojos, mírame – tomé su cabeza para recostarla entre mis brazos, palmeé ligeramente su mejilla, pero su cuerpo estaba inerte, lo único que me ratificaba que estuviera viva era su suave halito, casi imperceptible. Su piel, ahora estaba surcada por marcas, golpes que realmente te estremecían el corazón, algunos ya estaban tomando la tonalidad morada, su ceja estaba partida en dos partes, su mejilla cortada por la presión de los golpes, su labio y su nariz eran un profundo mar de sangre, no sabía si la sangre que salir era de su boca o de la herida de sus labios, su cuerpo no estaba en mejores condiciones, las personas que la agredieron vinieron solamente a hacerle daño, porque esto no se logra con unos simples puñetazos, probablemente utilizaron otras cosas.

-Mi amor, no te preocupes, te llevaré a la clínica – digo con el corazón en la mano, sacando fuerzas de donde no tengo, tomo su cuerpo entre mis brazos para empezar a correr hacia mi carro, sé que debería avisarle a su familia, pero no podía pensar en nada más que en llevarla a un centro asistencial, es por eso mismo que sin ningún cuidado manejé por las calles de Bogotá, recordé la clínica en la que había trabajado anteriormente mi papá, ahí fue donde la llevé, era el único lugar que me daba confianza, apenas llegué con ella me la arrebataron de los brazos, se la llevaron dejándome parada en medio de la nada, con el corazón hecho unos simples despojos, tenía que avisarle a alguien.

Negra Linda:

Negra, necesito que vengas a la antigua clínica donde trabajaba mi papá, pasa por mi casa y tráeme ropa, no me preguntes nada, cuando llegues acá te explico.

Cami:

Cami, necesito que llames a la mamá o a alguno de los hermanos de Makis, algo pasó, no sé qué, solo sé que está muy golpeada, necesito que vengan a la Clínica Mayo, los estaré esperando, por favor, avísales, tengo que estar pendiente de cualquier informe que me den de ella, acá les explicaré todo.

Fue un lapsus de una hora en que demoraron todos en llegar, me había cambiado por algo más cómo, pero eso no quitaba la inconformidad que me invadía, no podía estar tranquila, apenas pude explicarles a todos lo que pasó, como fue que la encontré, como fue que pasó todo, pero la verdad, es que ni siquiera me salían las palabras y todos estábamos en total tensión, pero no me esperaba que Santiago me tomara del brazo y me arrastrara hacia un costado donde nadie nos escuchara.