CORINNE
-Muy entretenida la masturbada eh -precisé con sarcasmo observando fijamente a Chad.
El pelinegro rápidamente se metió su polla dentro de sus pantalones y se subió la cremallera mientras sus mejillas estaban rojas y advertía mi mirada llena de dureza.
-Chad déjanos solas -dije fríamente sin siquiera mirarlo.
Mónica tenía una sonrisa malvada impregnada en su rostro que me daban ganas de moler a cachetadas para desaparecerla, pero no iba a rebajarme a su nivel.
-Corinne -dijo él tratando de venir hacia mí, sus ojos grises no me miraban con impacto, me miraban con miedo.
-Vete a la camioneta -le dije sin siquiera mirarlo, Mónica volvió a soltar una risita burlona.
Chad resopló hondo y difícilmente se marchó de ahí.
-Este no es el Chad que conocía, convertirse en un mandilón... -alzó sus cejas la pelinegra.
-Este es el Chad que quieras o no ya tiene una familia -la miré de arriba abajo.
Mónica sonrió cínicamente.
-No tengo nada que hablar contigo, así que me largo -masculló y trató de caminar hacia donde le había dado Chad, pero la tomé del brazo y la empujé fuertemente a la pared. Gruñó.
-Es divertido ver como tratas de joder todo entre los dos -dije ignorando como llevaba su mano a su cabeza donde había alcanzado a golpearse.
-Chad me ha pedido que lo toqué -susurró fríamente mientras se sobaba del dolor en su cabeza.
Sonreí con astucia.
-Conozco al hombre que me follo, Mónica.
Me contempló con nervios al escucharme.
-¿Crees que me follaría a un infiel y poco hombre? -Se quedó callada al escucharme y se encogió de hombros lentamente.
-Eres muy estúpida para tener fe en él -se rió.
-La estúpida aquí eres tú que realmente noto que te falta amor propio para estar detrás de un hombre a quién no le interesas.
-¿Y vas a decir que tú si? -atajó ofendida.
-Lo conozco como la palma de mi mano. No amaría a alguien a quien no le importo, deberías tomar mi consejo.
Sabía lo mucho que le importaba a Chad, lo veía en su mirada y en sus acciones, confiaba en él y lo amaba porque siempre fue directo conmigo y sincero, pero eso no quitaba el hecho de que hacía pendejadas que llegaban a joderme y justo ahora lo había hecho, y no se iba a salvar de ello.
Miré a Mónica con precisión.
-Te voy a dar un consejo solo porque eres tan perra como yo que no quiero vernos extintas: nunca creas nada de lo que te dice un hombre al menos que te lo demuestre con acciones.
Ella se echó a reír con sarcasmo.
-¿Y Chad?
-No hay comparación alguna conmigo, él está envuelto en mis redes -acerqué mis labios a su oreja-. A Chad no le atraen las gatitas, le atraen las leonas -le susurré con maldad.
-¡Eres una hija de perra! -gritó furiosa.
-Hasta para ser perra hay que saber ladrar, y tú querida no llegas ni a gata -le guiñé un ojo.
Se quedó en silencio poniéndose furiosa, pero aún sin darse por vencida ante mí, precisó con odio:
-Chad no te ama. Y nunca lo hará.
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Caricias en Llamas 3 (+18)
Teen FictionLIBRO 3. TRILOGÍA CARICIAS. ¿Qué pasa cuando te enteras que tu mejor amiga fingió su muerte con el propósito de querer asesinarte usando la identidad de alguien que jamás imaginaste? ¿Qué pasa cuando descubres que tu propio hermano terminó uniéndo...