17. Desde el inicio (Primera parte)

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Decidí subir dos capítulos seguidos como un regalo para ustedes de mi parte, gracias por el apoyo que me brindan. No olviden votar y comentar, les quiero mucho. Y como mencioné en mi instagram, estos dos capítulos narran el pasado de Chad en Caricias Falsas, y aunque es un breve resumen, detalla todo, en un futuro tenía pensando hacer un libro de Chad narrando Caricias Falsas con detalles más a fondo, pero aún estoy en decisión, de igual manera disfruten este maratón.

Le dedico este capítulo a @AnelimSandoval muchas gracias por tu apoyo preciosa, mil besos enormes desde mexico

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CHAD

Lo mío con Corinne comenzó como algo prohibido, algo que si se comenzaba no iba haber vuelta atrás. Comenzó como una venganza y terminó como la puerta de mi libertad.

Haber tocado el trasero de la hermana de mi mejor amigo en la cocina de su casa no solo había sido un error sino algo de lo que marcaría el inicio de una gran historia sumamente prohibida y retorcida. Corinne Patterson era un pecado, no solo la maldad que escondía en su interior me daba curiosidad sino su manía de ser tan indomable. Corinne era algo prohibido que tocarlo me llevaría a muchas consecuencias. Sin embargo, no me detuve y por tentación toqué su trasero aquel día en la cocina, estaba borracho si, pero era consciente de mis actos, y sabía que tocar lo prohibido nos llevaría a la destrucción.

Corinne me atraía, ella era el imán de la libertad que mi alma anhelaba. Supe que comenzando eso no iba a parar y así fue, no me arrepentía haber dado el primer paso, pero si me arrepentía de lo que pasó después por obra de mis actos.

Didier Parker era mi progenitor, gustaba de encarcelarme, nunca supe si me quiso, y era algo que solo él sabría, pero yo para él era suyo y nunca iba a ser libre. Había nacido del vientre de lo que él consideraba su "puta", pero sé que Susan, mi madre, fue algo importante para él, sin embargo, la maldad en las venas de Didier lograba vencerlo e hizo muchas cosas que perjudicó a los que le amaban, Susan lo amó, pero su amor por Didier acabó cuando él le arrancó a su pequeño hijo de sus brazos, yo siempre la culpé por haberlo permitido, pero supongo que ella creyó hacer lo mejor para mí, pero terminé en una jaula que me encarceló por mucho tiempo. Yo fui la marioneta de Didier, si bien nunca me pegó o maltrató, me convirtió en alguien sin sentimientos, aunque el mal ya lo llevaba en mi sangre. Supongo que él solo se encargó de prepararme para el mundo porque sabía lo cruel que era, y aunque nunca me lo admitió, quería lo mejor para mí. El mundo ya era malo cuando nací, cuando Didier nació, cuando el padre de él nació y así consecutivamente; y Didier nunca tuvo a alguien que lo corrigiera en sus decisiones y cuando tuvo a su primer hijo quiso prepararlo para la maldad humana, y aunque no lo hizo de una forma correcta, sé que fue lo mejor porque me enseñó a ser fuerte, y con el tiempo todo lo que me enseñó lo llevaría a cabo en mi vida y me ayudaría bastante.

Me enseñó a matar, y con ello defendí a los que me importaban.

Me enseñó a no confiar en nadie, y con ello me di cuenta quienes me buscaban por convivencia.

Me enseñó a defender lo que realmente importa, y con ello aprendí a luchar por ella.

Me enseñó cada cosa, cada dolor y cada error, pero no me enseñó a amar, quizás porque a él nunca se lo enseñaron o será porque sabía que cuando yo lo encontrara iba a lastimarme mucho y me volvería débil, y quería el bien para mí, quería que yo no sufriera por amor porque es cierto que amar es peor que asesinar. Y Didier prefería verme sufrir por asesinar, que por verme sufrir con el corazón roto,  solía decir: «cada quien se mata a su manera, y yo quiero que te mates por venganza porque el amor no solo te mata, también te destruye completamente, Benjamín».

Caricias en Llamas 3 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora